Conocida como la mezquita de Córdoba, este impresionante conjunto arquitectónico es también la catedral de la Ciudad Califal. En su interior se puede admirar tanto la arquitectura andalusí, de sus tiempos como mezquita, como el estilo renacentista y barroco que se incrustó (cosa que nos muestra la historia siempre hacen los vencedores) en el templo tras la toma de Córdoba en 1236 por Fernando III el Santo.
Única en el mundo y arrebatadoramente bella, es una mezcla de estilos arquitectónicos superpuestos, que se sucedieron a lo largo de los nueve siglos que duraron las construcciones y reformas. Primero iglesia visigoda; luego, mezquita; y más tarde, catedral.
Su apariencia interior es la de un laberinto de columnas de gran belleza, con doble arquería y arco de herradura. El mihrab es uno de los más importantes del mundo musulmán. La decoración es de mosaico bizantino y mármoles labrados. El patio de los Naranjos es el acceso al recinto. En 1523, tras la conquista cristiana, se construyó en su interior la catedral.
Hoy la Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los más bellos ejemplos de arte musulmán en España y lugar de mitos y leyendas. Vamos a recorrer este hermoso templo siguiendo el relato de tres sus leyendas.
Agua mágica para encontrar marido
La leyenda de la fuente de Santa María
El patio de los Naranjos está situado en la parte norte del templo. Se trata de un recinto cerrado de 130 metros de largo por 50 de ancho. Cuenta con seis puertas que comunican al patio con el exterior: la puerta de los Deanes y el postigo de la Leche en su lado oeste; la puerta del Perdón y la del Caño Gordo al norte; y la puerta de la Grada Redonda y la de Santa Catalina al este.
En este patio hay dos fuentes: la del Cinamomo y la de Santa María. Esta última tiene leyenda. Situada al pie de la torre, es una fuente de estilo barroco que sustituyó a otra anterior. Se cuenta que de uno de sus caños (el Caño del Olivo) brotan aguas con propiedades mágicas. Así, las mujeres solteras que beban sus aguas encontrarán marido.
Buscando una cruz entre las columnas
La leyenda del cautivo
Se cuenta que un joven cristiano que trabajaba de hortelano se enamoró de una chica árabe. Tras varios encuentros, le pidió matrimonio. Su amor fue correspondido y ella aceptó. El problema estaba en sus distintas religiones.
Según el relato, el hombre propuso a su amada que se convirtiera al cristianismo para así poder casarse. Ella aceptó. Pero el día en que iba a bautizarse, unos soldados árabes la mataron. Al cristiano, roto en lágrimas, lo dejaron amarrado a una de las columnas de la mezquita. Cuenta la leyenda que para no perder la fe, el hortelano usó sus uñas para grabar una cruz sobre la piedra. Esa es la cruz que hoy muchos siguen buscando.
Una estrella... o casi
La estrella de los deseos
En un muro exterior de la mezquita de Córdoba hay un fósil... ¿o es una estrella? Para muchos, sin duda, se trata de una estrella. Y más: una estrella de los deseos. El fósil/estrella está en una esquina del muro, llegando ya a la calle Torrijos. Los que prefieren pensar que es una estrella, pasan por delante, la tocan y piden un deseo. Turistas o no, a todos nos gusta jugar a estos imposibles.
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