En el Reino Unido, el groso turístico se lo suelen llevar las grandes ciudades como Londres o Edimburgo, aunque lo cierto es que hay muchos pueblos en Inglaterra y Escocia que en España no se conocen pero que están repletos de encanto. El nombre Gloucester puede que no sea familiar para muchos, pero seguro que la mayoría ha visto cómo unos 'locos' bajaban rodando una colina persiguiendo una rueda de queso.
Situado a apenas 37 kilómetros de Gales, la ciudad de Gloucester es una de las urbes más históricas del suroeste de Inglaterra. Sus orígenes se remontan a la época romana, aunque fue durante la Edad Media cuando comenzó a expandirse hasta convertirse en metrópoli de más de 110.000 habitantes que es hoy en día.
Su espectacular catedral y sus preciosas iglesias
El edificio más imponente de Gloucester es, sin ningún tipo de duda, su espectacular catedral normanda. Esta colosal obra comenzó a erigirse en 1089 y tardó cuatro siglos en completarse. Una magnífica combinación del estilo gótico, el normando y el de los Tudor caracterizan a este descomunal templo que fue escenario de varias escenas de Harry Potter. Las extraordinarias vidrieras del altar mayor, los techos abovedados en abanico o su increíble claustro dejan perplejo a cualquiera.
Aunque la catedral sea el edificio religioso más importante, en Gloucester también hay muchas iglesias más pequeñas que son una auténtica preciosidad, como la de Santa María de Lode, la de San Miguel o la de San Nicolás. Además, muy cerca de ellas se encuentran los restos de las antiguas murallas de la ciudad.
El precioso puerto de Gloucester y el Bosque Dean
Otro de los puntos más importantes de Gloucester es su puerto, que en su día llegó a ser uno de los más importantes de toda Gran Bretaña. Hoy en día los astilleros y los almacenes están ocupados por restaurantes, pero sigue mereciendo la pena ir para darse un agradable paseo. Además, siempre se puede hacer una excursión al precioso Bosque Dean, un precioso robledal situado en plena campiña inglesa que es perfecto para conectar con la naturaleza.
El Festival del queso rodante en Gloucester
Si se tiene oportunidad de viajar a Gloucester, no hay mejor época para hacerlo que la a finales de mayo, ya que el último lunes de dicho mes se celebra el mundialmente conocido Festival del queso rodante, en el que personas de todo el mundo bajan una colina de 182 metros como pueden para intentar atrapar una rueda de queso producida en la ciudad. Hay diversas teorías sobre su origen, aunque se sabe que arrancó en el siglo XIX y que desde entonces no ha parado de ganar popularidad.
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