Cinco viajes mágicos en tren por Irlanda: pintorescos pueblos, acantilados escarpados y las mejores vistas 

Tren en el condado de Wicklow.
Tren en el condado de Wicklow.
Dawid Kalisinski Photography / iStock
Tren en el condado de Wicklow.

Irlanda es un país mágico. Pintorescos pueblos, escarpados acantilados, naturaleza desbordante... La isla Esmerada tiene mucho que ofrecer, y la mejor forma de recorrer esos bellos paisajes es a bordo de un tren. El país cuenta con numerosas vías que no solo conectan ciudades y pueblos de lo más interesantes, sino que las vistas durante el propio camino ya suponen toda una experiencia.

De Londonderry a Coleraine

Playas extensas, acantilados altísimos, amplias vistas oceánicas... Este trayecto en tren dura unos 40 minutos y a lo largo de su recorrido ofrece numerosas oportunidades para apearse y descubrir algunos de los puntos destacados del camino.

Londonderry.
Londonderry.
espiegle / iStock

Por ejemplo, destaca la increíble belleza de Benone Strand y Downhill, con el icónico templo de Mussenden asomándose al borde de un acantilado, así como el puente de cuerda de Carrick-a-Rede, la Calzada del Gigante y la aldea de Bushmills, hogar de la famosa destilería de Old Bushmills.

El Dart

Esta línea ferroviaria recorre de norte a sur la bahía de Dublín, que tiene forma de herradura, y ofrece preciosas vistas del litoral. Su belleza sobresale aún más cuando hay marea alta y el agua golpea los gruesos muros de granito que protegen las vías del tren frente al mar.

Tren bordeando la costa del condado de Wicklow.
Tren bordeando la costa del condado de Wicklow.
kbwills / iStock

Si cogemos el tren en el centro de la ciudad y nos dirigimos al sur hasta Bray, en el condado de Wicklow, podremos disfrutar de unas espectaculares vistas costeras. Por otro lado, si nos dirigimos al norte, hacia Howth, podremos recorrer su agreste ruta de acantilados azotados por el viento y contemplar el pintoresco puerto. También es un imprescindible bajarse del tren para pasear por el muelle de Dún Laoghaire y culminar con un delicioso “fish and chips” mirando al mar.

Waterford Suir Valley Railway

Históricamente, fue un ferrocarril muy importante para la comunidad hasta su desmantelamiento. Pero gracias a los esfuerzos de la población local, se ha restaurado una pequeña parte de la vía para que los visitantes y vecinos puedan disfrutarla. Entre las bellas obras de restauración está la de la estación de Kilmeadan, donde se inicia el viaje. Se puede recorrer la ruta completa de 10 km hasta la estación de Bilberry, a las afueras de Waterford, o pasar una maravillosa tarde explorando los jardines de Mount Congreve.

Castillo de Lismore en Waterford.
Castillo de Lismore en Waterford.
Gene Krebs / iStock

Los vagones están parcialmente descubiertos para que se puedan contemplar las vistas en su máximo esplendor. De esta manera, a lo largo del camino podremos disfrutar del río Suir, tierras de cultivo, el Camino de Waterford e incluso un atisbo del condado de Kilkenny.

De Downpatrick a la abadía de Inch

En este increíble ferrocarril vintage impulsado por una locomotora de vapor, uno puede experimentar la nostalgia de los viajes en tren. El trayecto inicia en Downpatrick, en el condado de Down, y continúa su suave traqueteo hasta la abadía de Inch, un majestuoso enclave monástico en ruinas situado a orillas del río Quoile que tuvo un papel estelar en Juego de Tronos.

Montañas de Mourne.
Montañas de Mourne.
Sara Winter / iStock

Además, el paisaje ofrece vistas excepcionales de las montañas de Mourne, así como de tierras de cultivo, pastos y abundante vida silvestre. Aunque el viaje dura solo 10 minutos, es una experiencia muy recomendable.

De Cork a Cobh

Ciudad de Cobh y su catedral.
Ciudad de Cobh y su catedral.
benstevens / iStock

Encaramada en una isla, en medio del río Lee, la mejor forma de disfrutar de la belleza de los alrededores de Cork es realizar un breve viaje en tren hasta la aldea costera de Cobh. Desde la ventana se pueden contemplar las fabulosas vistas panorámicas del canal de Belvelly y del agitado océano Atlántico. El trayecto solo dura unos 23 minutos, pero se puede alargar a un día entero si nos bajamos en las paradas de Little Island y el parque de la isla de Fota.

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