La provincia de Granada ofrece al visitante infinidad de maravillas que no puede dejar escapar. Además de ser el lugar de nacimiento del poeta Lorca, y de mostrarnos majestuosos parajes naturales como el Parque Nacional de Sierra Nevada o los acantilados de Maro-Cerro Gordo, esconde en su interior fascinantes pueblos donde poder encontrar mágicos rincones. Descubre estos cinco pueblos con encanto en Granada y consigue fabulosas instantáneas. ¿A qué esperas?
Salobreña
La encontramos en la parte centro-oeste de la comarca de la Costa Granadina. A orillas del mar Mediterráneo, Salobreña limita con los municipios de Motril, Vélez de Benaudalla, Los Guájares, Molvízar, Ítrabo y Almuñécar. La ocupación más antigua documentada, se remonta al Neolítico hace unos 6.000 años, cuando grupos de pastores seminómadas frecuentaron la zona.
Baza
Situada al norte de Granada, este municipio bastetano es el más extenso de toda Granada. Su carácter de ciudad interior y cabeza de una amplia comarca natural, le hacen poseer las instalaciones y servicios de una pequeña gran ciudad, sin perder la esencia y tradiciones de los enclaves rurales.
Motril
Esta ciudad y municipio de la costa mediterránea en la provincia de Granada es la segunda ciudad más grande de la provincia. A lo largo del siglo XVI, y como consecuencia de la conquista castellana, Motril se fue consolidando como el principal centro económico y administrativo de la comarca con una agricultura basada en el cultivo y transformación de la caña de azúcar.
La Malahá
Esta localidad se encuentra en la parte nororiental de la comarca de Alhama. Limita con los municipios de Las Gabias, Alhendín, Escúzar, Ventas de Huelma y Chimeneas. En sus alrededores se localizan interesantes hallazgos prehistóricos y testimonios que revelan que este lugar estuvo habitado en la época del Imperio Romano.
Capileira
Ubicada en la parte noroccidental de la comarca de la Alpujarra Granadina. Este municipio se divide en tres barrios. Su casco urbano conserva íntegramente la arquitectura tradicional alpujarreña donde las casas blancas de tejados planos dan forma a sus empinadas y zigzagueantes calles.
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