Poner un pie en Deadvlei nos hará sentir a millones de kilómetros de la tierra, inmersos en un paisaje alienígena dominado por la soledad y el silencio. En realidad, este lugar tan curioso se encuentra al oeste de Namibia y es un lago seco de arcilla blanca que forma parte del Parque Namib-Naukluft. Esto explicaría su nombre, "pantano muerto", aunque también hay que añadir el sorprendente cementerio de árboles que se alza sobre su superficie.
Un lago seco rodeado de dunas
El Parque Namib-Naukluft es una de las áreas protegidas más grandes del mundo y se extiende desde la meseta del centro de Namibia hasta la vasta cuenca del desierto de Namib. Los amplios espacios desérticos están enmarcados por grandes montañas y un ambiente de calma total, como si el tiempo se hubiera detenido.
Uno de los lugares más destacados dentro del parque es Deadvlei, caracterizado por los esqueletos de árboles muertos, el suelo de arcilla blanca y el mar interminable de dunas de color anaranjado que rodea al lugar. Esas formaciones de arena llegan a alcanzar enormes alturas, de entre 300 y 400 metros. De hecho, la duna "Big Daddy tiene una altura media de 350 metros.
Un paisaje más emblemático de Namibia
La superficie arcillosa se creó después de que el río Tsauchab inundara la zona, dando como resultado un pantano de poca profundidad. En esas condiciones crecieron árboles de la especie Vachellia erioloba, comúnmente conocida como espina de camello o espina de jirafa, una acacia espinosa nativa de las zonas áridas del sur de África.
Sin embargo, cuando el clima cambió de nuevo, las dunas de arena empezaron a rodear la superficie del río y el área del pantano se resecó. En esa situación las acacias se secaron por completo y se estima que los esqueletos de árbol que aún quedan en el lugar llevan muertos unos 700 años y han conseguido perdurar en pie porque el clima tan seco no les permite podrirse ni descomponerse. Con el paso del tiempo, estos adoptaron un tono negruzco, por la exposición constante al sol
Deadvlei se ha convertido en el paisaje más emblemático de toda Namibia y está claro por qué. Ese contraste entre las dunas naranjas, el suelo blanco y los árboles negros es algo sencillamente espectacular, que atrae turistas de todas partes del mundo. El mejor momento para visitarlo es al amanecer, cuando los colores de la puesta de sol se suman al paisaje y la temperatura aún es suave.
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