El corazón morisco de Granada repleto de plazas, estrechas callejuelas empedradas y cármenes

Se cree que su nombre deriva de 'al-bayyasin', en referencia a 'los de Baeza', por los moros que llegaron huyendo de esta ciudad tras su toma por Fernando III. El barrio tiene pintorescos rincones que encierran buena parte de la ciudad de Granada.
El pintoresco barrio de Granada repleto de plazas, estrechas callejuelas empedradas y cármenes
Una de las bonitas calles del Albaicín, en la ciudad de Granada
Getty Images/iStockphoto
El pintoresco barrio de Granada repleto de plazas, estrechas callejuelas empedradas y cármenes

Granada es, sin lugar a dudas, una de las ciudades europeas más atractivas para viajar por España con poco dinero, no solo para los turistas internacionales que cada año visitan la ciudad testigo del más bello y mejor conservado palacio árabe del mundo: La Alhambra, sino también para los viajeros de origen español. A todo ello se le suma la cantidad de planes gratuitos que se pueden hacer con amigos, familias o en pareja. 

Sin embargo, no todo el mundo para a conocer a fondo sus adentros y su historia con un marcado pasado morisco, cuyo término se refiere a los musulmanes del al-Ándalus que fueron bautizados tras la pragmática de conversión forzosa de los Reyes Católicos del 14 de febrero de 1502 en la Corona de Castilla. Este es el caso, por ejemplo, del icónico barrio del Albaicín, lugar en el que, en el siglo XI, establecieron su corte los monarcas ziríes.

De la antigua alcazaba solo quedan unos restos de su muralla y de las que rodeaban al barrio, junto a las puertas de Monaita, de Elvira y arco de las Pesas. En el corazón del barrio del Albaicín, se levanta la casa nazarí de Zafra. Esta fue construida en el siglo XIV por una importante familia del reino y a día de hoy se conserva prácticamente intacta. En su interior cuenta con varias estancias repartidas en dos plantas y unas vistas impresionantes de la Alhambra.

Vistas de Granada desde el barrio del Albaicín
Vistas de Granada desde el barrio del Albaicín
Getty Images/iStockphoto

¿Qué no hay que dejar de ver en Granada?

La ciudad de Granada impresiona con su majestuosa Alhambra y sus otros enclaves interesantes como la Catedral o los barrios de Albaicín y Sacromonte. Sin embargo, más allá de estos puntos tan populares, la ciudad nazarí aún esconde algún que otro lugar menos conocido pero igual de mágico.

Este es el caso, por ejemplo, del Alcázar del Genil. Se trata de un palacete almohade del siglo XIII construido en tiempos del califa al-Muntasir. En su momento, era un lugar de recreo cortesano y contaba con huertas y jardines con un gran estanque. Del edificio original solo ha llegado hasta nuestros días un espacio de planta cuadrada con el interior decorado con estucos y azulejos similares a los de la Alhambra. A ambos lados se ubican dos pequeñas alcobas restauradas en el siglo XIX.

El Hammam al-Yawza o Baño del Nogal es conocido como El Bañuelo por ser de menor tamaño que los baños reales de la Alhambra. Estos datan del siglo XI, durante la etapa zirí y su localización en una importante vía pública es algo característico de los baños andalusíes. 

Por otra parte, encontramos la puerta de Bibrambla, Bab al-Ramla, puerta del Arenal o Arco de las Orejas, se trata de una puerta que daba acceso a la plaza del mismo nombre y estuvo ubicada en el lienzo de muralla de la medina de Granada hasta el último cuarto del siglo XIX. Actualmente, se encuentra en el Paseo de las Alamedas de la Alhambra.

Tampoco hay que dejar de ver El Cuarto Real de Santo Domingo, un monumento pre-alhámbrico que servía para el retiro de los reyes durante los días del Ramadán, ya que se encontraba rodeado por almunias o huertas reales, pero sin salir de las murallas de la ciudad. Fue recientemente restaurado y se conserva una torre de la estructura original.

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