Aunque los torneos profesionales de sumo no comenzaron hasta 1684, el deporte tiene sus orígenes como arte marcial del sumai. No obstante, las Crónicas del Japón (Nihon Shoki), del año 720, relata que el primer combate de sumo se llevó a cabo en el año 23 a.C., durante el reinado del emperador Suinin.
Tras años de existencia, el sumo se ha convertido en el deporte nacional nipón más destacable de la actualidad. La evolución de este deporte de lucha ha sido tan grande que ahora existen hasta competiciones robóticas de sumo, como la que se ve en este vídeo:
Las competiciones de sumobots o robots de sumo se celebran no solo en Japón, sino también en otros países como Rumanía, Polonia, México, Canadá, Francia o los Estados Unidos. Aquellos que construyen los robots se pueden pasar varios días en el proceso para verlos finalmente pelear para sacar al oponente robótico del área circular.
Aquellos que compiten en el ‘Robot-Sumo’ se lo toman bastante en serio e incluso cuentan con reglas en la página web All Japan Robot-Sumo Tournament. De hecho, los torneos oficiales de esta versión robótica del deporte de origen japonés empezaron a celebrarse en 1989.
El objetivo del sumo de robots consiste, como en el deporte tradicional, en intentar empujar al adversario fuera del círculo. Cada ronda suele durar unos pocos segundos y existen diversas categorías, dependiendo de la masa y la longitud de los sumobots.
Los robots que luchan pueden ser de dos tipos: autónomos y de radiocontrol. Los primeros se programan por sus creadores y siguen patrones marcados por una IA, mientras que los últimos son manejados por sus desarrolladores de forma remota.
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