Construyen un dron-pájaro capaz de seguir las corrientes como un ave y sin casi necesitar energía para volar

El vehículo aéreo no tripulado es capaz de solo usar sus hélices un 0,25% cuando vuela en un túnel de viento y un 38% en un vuelo normal, según los resultados obtenidos en las pruebas explicadas en el estudio. 
El dron copia la anatomía de las aves para aprovechar las corrientes de viento y evitar el malgasto de energía.
El dron copia la anatomía de las aves para aprovechar las corrientes de viento y evitar el malgasto de energía.
MAVLab TU Delft vía YouTube
El dron copia la anatomía de las aves para aprovechar las corrientes de viento y evitar el malgasto de energía.

La inspiración en la naturaleza para desarrollar robots u otros elementos tech no es algo novedoso. En 20Bits, hemos hablado en varias ocasiones de ello. Los investigadores se fijan en la anatomía o movimientos de los animales para imitarlos y que los humanos podamos monitorizar dispositivos que lleven a cabo actividades complejas o de difícil acceso constantemente.

Unos investigadores de los Países Bajos han optado por copiar el vuelo de los pájaros para crear un dron que sigue las corrientes de viento para moverse, para necesitar menos energía al volar. Su estudio se ha publicado en arvix.org y, aunque aún no ha sido revisado por pares, las imágenes que se muestran son de un dron con forma de ave.

El vehículo aéreo no tripulado pesa unos 680 gramos, y solo usa sus hélices el 0,25% del tiempo que fue probado en un túnel de viento y el 38% en un vuelo normal, según los datos aportados por la investigación. Es decir, el dron es capaz de usar aproximadamente 150 veces menos el acelerador motorizado.

Los implicados en el proyecto hablan de este tipo de vuelo eficiente como un "vuelo orográfico", que consiste en aprovechar la corriente ascendiente del viento para mantener una posición estable a una velocidad aceptable, como ocurre con los pájaros. De esta manera, resuelven el problema del almacenaje de energía por el constante movimiento de hélices y de la resistencia de vuelo de los drones.

Para que el dispositivo se comportase como un ave, los investigadores insertaron un algoritmo autónomo que le permitía controlar los vientos cambiantes. Este sistema capta el entorno aéreo gracias a una serie de sensores, como uno enfocado en monitorizar la velocidad del aire, un sistema de GPS y una cámara.

Sunyou Hwang, ingeniero aeroespacial de la Universidad Tecnológica de Delft de los Países Bajos, es el autor principal del estudio, y ha explicado en un artículo de New Scientist que "cuando el campo de viento cambia, [el dron] se adapta al entorno y cambia su posición de forma autónoma".

Este aparato "siempre trata de encontrar una nueva posición si su posición actual no funciona" y Hwang lo cataloga "muy flexible". No obstante, hay que reconocer que aún queda mucho por hacer, ya que los tiempos de vuelo no superan los 30 minutos.

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