Tom Hanks quiere ser eterno gracias a la IA: "Podría ser atropellado por un autobús, pero las interpretaciones podrían seguir"

Tom Hanks reconoce que en Hollywood ya se está valorando vender los derechos de imagen para crear personajes con IA con el rostro de famosos.
Tom Hanks reconoce que en Hollywood ya se está valorando vender los derechos de imagen para crear personajes con IA con el rostro de famosos.
Museum of Cinema vía Flickr
Tom Hanks reconoce que en Hollywood ya se está valorando vender los derechos de imagen para crear personajes con IA con el rostro de famosos.

Tom Hanks es un actor y director de cine estadounidense con una gran trayectoria a sus espaldas que lo han hecho catapultarse como uno de los más reconocidos en Hollywood. Su nombre ha aparecido en filmes que han pasado a la historia, como Forrest Gump, Salvar al soldado Ryan o Atrápame si puedes. En un pódcast llamado The Adam Buxton, ha concedido una entrevista en la que asegura que está dispuesto a mantener su cara en los cines "hasta el fin del mundo" gracias a la inteligencia artificial.

El famoso intérprete tiene 66 años y, aunque a muchos nos gustaría que hiciese películas eternamente, es inevitable pensar que más pronto que tarde abandonará el mundo de la actuación. Pero que lo haga no implica que dejemos de ver a Hanks en la gran pantalla, puesto que las deepfake de vídeo y de audio son cada vez más realistas.

Para usar el rostro y la voz de Hanks legalmente, él debería ceder los derechos de su imagen a una empresa especializada en esta tecnología. Sin embargo, hacer esto, implicaría permitir que la firma pudiese utilizar deepfake del actor sin límites, algo que parece que al intérprete no le preocupa.

"Podría ser atropellado por un autobús mañana y eso sería todo, pero las interpretaciones podrían seguir", afirma Hanks. Según cuenta en el pódcast, el tema ya se está valorando en Hollywood: "Hay discusiones en todos los gremios, todas las agencias y todas las firmas legales para discernir las ramificaciones legales de mi rostro y mi voz. Y de todos los demás".

El actor reconoce que no ve tantos problemas en el aspecto creativo y cree que habrá personas que sigan teniendo "interés en lo que es auténtico y lo que no" y a quienes "no le importe". De hecho, en el pódcast recuerda que, en 2004, se recurrió a un Tom Hanks digital para The Polar Express: "Fue la primera vez que hicimos una película donde un ordenador tenía guardada una gran cantidad de información sobre nosotros, literalmente nuestro aspecto físico".

A principios de siglo, Hanks ya se percató de que, en un futuro, existiría "la posibilidad de poner ceros y unos en un ordenador y convertirlos en una cara y un personaje". Casi dos décadas después, el intérprete es consciente de que ese futuro está cada vez más próximo y que la sociedad podría continuar disfrutando de nuevos largometrajes con su rostro, incluso cuando él ya haya muerto.

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