La sonda InSight de la NASA aterrizó en Marte en noviembre de 2018. Cuatro años después, se calcula que ha experimentado una caída en la energía por fallos en sus paneles solares ocasionados por una gran tormenta de polvo en el planeta vecino.
El propósito con InSight era recopilar datos sismológicos de Marte para la Tierra. Desde que está en el planeta, la sonda ha detectado más de 1.300 martemotos (terremotos marcianos) y ha podido fotografiarlos y detectar que algunos son más grandes que los que ha habido en aquí.
A pesar de la importancia de la información recogida, InSight ha tenido acumulación de polvo en sus paneles solares desde el principio. Este inconveniente ha provocado que no se cargue bien el módulo de aterrizaje, ya que su única fuente de energía es la solar.
La agencia espacial estadounidense notificó en junio que era probable que la sonda no llegase hasta 2023 pese a sus intentos de prolongar la vida útil del módulo de aterrizaje. Según Europa Press, el pasado 3 de octubre, la NASA detectó que las últimas tormentas de polvo habían aumentado la neblina de polvo alrededor de InSight hasta casi un 40%.
Esto ha provocado que la carga de los paneles solares se reduzca hasta los 425 vatios por hora al día marciano. Hasta ahora, el sismómetro de la sonda había funcionado durante casi 24 horas cada dos días en Marte, pero el almacenamiento de energía no será suficiente para seguir este plan por mucho tiempo.
Ahora, la NASA planea apagar el aparato durante dos semanas para que se cargue. "Si podemos superar esto, podemos seguir operando hasta el invierno, pero me preocuparía la próxima tormenta que se avecina", ha explicado Chuck Scott, gerente del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia, en un comunicado.
“El objetivo es obtener datos científicos hasta el punto en que InSight no pueda operar en absoluto, en lugar de conservar energía y operar el módulo de aterrizaje sin ningún beneficio científico”, detalla Scott.
Hitos de InSight
Con InSight, los científicos han registrado martemotos gracias a sus sismómetros. Antes de la misión, los investigadores no estaban seguros de si habrían ‘terremotos’ en el planeta rojo y, de hecho, pasaron meses sin que no hubiese ninguno.
Tras cuatro meses desde su aterrizaje, la sonda detectó un martemoto y en estos cuatro años se han recopilado datos de más de 1.300. A pesar de estos datos, el equipo de la NASA asegura que Marte no tiene placas tectónicas como ocurre con la Tierra.
Las ondas sísmicas han ayudado a los científicos a evaluar el interior del planeta y las vibraciones que causan los meteoritos que chocan contra él.
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