
Las duchas frías en verano son todo un clásico para evitar las olas de calor, sobre todo, cuando no se dispone de aire acondicionado con el que poder descender la temperatura del hogar.
Sin embargo, los expertos no recomiendan las duchas de agua fría para regular la temperatura y evitar el calor durante el verano, ya que es completamente contraproducente.
Las duchas de agua fría y la temperatura corporal
El agua fría cuando la temperatura corporal es elevada no es una solución para acabar con el calor y la explicación a ello es muy sencilla: el ser humano es homeotérmico.
Esto quiere decir que los humanos, al igual que otros animales, tienen capacidad de mantener la temperatura corporal dentro de unos límites, independientemente de la temperatura exterior o ambiental.
Es por ello que si una persona se mete bajo la ducha con agua fría, en un principio va a sentir alivio y va a refrescarse, pero al salir de la ducha su cuerpo, de manera natural, va a regular la temperatura produciendo calor.
Cuando hace frío, el cuerpo produce calor y, cuando hace calor, el cuerpo se regula mediante la producción de sudor para bajar la temperatura corporal.
Así, lo que recomiendan los expertos es darse una ducha con agua templada, de tal modo que podamos refrescarnos sin que haya tanto contraste de temperatura al salir de la ducha y sin que nuestro cuerpo active el mecanismo para elevar la temperatura corporal.
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