Se conoce como síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica al trastorno por el cual una persona sufre fatiga extrema durante al menos tres meses que se agrava con la actividad física o mental, pero que mejora con el descanso.
No existe una causa identificada del síndrome de fatiga crónica, aunque sí están relacionadas las infecciones virales o el estrés psicológico. Otra de las posibles causas de esta enfermedad son los problemas en el sistema inmunitario, desequilibrios hormonales, o un trauma físico o emocional como una cirugía, una lesión o altos niveles de estrés.
Cómo identificar el síndrome de fatiga crónica
Los síntomas del síndrome de fatiga crónica pueden varias dependiendo de la persona y cambiar por días. Entre los síntomas más comunes se encuentran la fatiga, problemas para concentrarse o fallos de memoria, dolor de cabeza y de garganta y agrandamiento de los ganglios del sistema linfático en cuello y axilas.
Otro de los signos de este síndrome es el dolor muscular y articular sin motivo, mareos, especialmente al estar sentado o tumbado, agotamiento extremo al realizar ejercicio físico o sueño incesante.
Tratamiento del síndrome de fatiga crónica
Aunque no existe cura para el síndrome de fatiga crónica sí existen tratamiento que tratan de paliar los síntomas del trastorno.
Esta enfermedad se puede tratar a través de medicamentos o terapia. En cuanto a los medicamentos, se utilizan, entre otros, antidepresivos para lidiar con los problemas asociados con el síndrome, y además pequeñas dosis de estos medicamentos pueden ayudar a mejorar el sueño y aliviar el dolor.
Para reducir los mareos y náuseas provocadas por este trastorno se utilizan medicamentos que regulan la tensión y el ritmo cardíaco, mientras que para los dolores causados por la enfermedad se utilizan analgésicos de venta libre o recetados por un profesional.
Con la terapia se pretende ayudar al paciente a afrontar capacidades ante esta enfermedad crónica y abordar los problemas relacionados con el sueño.
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