Cuáles son las patologías benignas de la mama, enfermedades con síntomas similares a los del cáncer pero menos dañinas

Cáncer de mama.
Cáncer de mama.
Michelle Leman de Pexels.
Cáncer de mama.

En cuanto notamos alguna anomalía en los pechos, es fácil asustarnos y temer que pueda tratarse de un cáncer de mama. Sin embargo, y aunque en todo caso debería motivarnos a visitar a un especialista, hay otros problemas mucho menos graves que pueden afectar a esta parte de nuestro cuerpo.

¿Qué son las patologías benignas de la mama?

Bajo el nombre de patologías benignas de la mama se agrupan una serie de anomalías en las mamas de diferente naturaleza, pero que tienen en común ser diferentes al cáncer maligno de mama.

Así, se consideran patologías benignas de la mama enfermedades quísticas, dermatológicas, víricas... Es por esto, junto al hecho de que muchos síntomas pueden ser comunes al cáncer de mama, que siempre es indicado consultar con un médico.

En función de sus síntomas, estas son algunas de las patologías benignas de la mama más comunes.

Dolor

El dolor localizado en las mamas se denomina mastodinia. Sus causas pueden ser variadas, aunque cabe destacar que tan sólo en un 1% de los casos está causada por una patología maligna.

Así, por ejemplo, hay que distinguir la mastopatía cíclica, en la que las alteraciones propias del ciclo menstruales provocan este síntoma, de la mastitis puerperal (una infección de la glándula mamaria durante la lactancia materna) y del dolor por el uso de medicamentos (especialmente hormonales) o muscular.

Tumoración

No todas las lesiones tumorales que aparecen en las mamas son sistemáticamente malignas; sin embargo, en estos casos es imprescindible siempre realizar un diagnóstico diferencial que descarte este supuesto.

Son ejemplos claros de tumoraciones benignas el fibroadenoma (que suele aparecer con el embarazo, la lactancia o la toma de anticonceptivos; no causa dolor, a menudo es múltiple y debería vigilarse), el tumor filoides (más grande que el fibroadenoma y con mayores probabilidades de malignizarse), la necrosis grasa de la mama (consecuencia de una cirugía o lesión) o el galactocele (retención láctea).

Secreción por el pezón

En el caso de que aparezca secreción por el pezón, es importante determinar cual es el fluido emitido de cara a establecer la naturaleza concreta de la patología. De este modo, podemos diferenciar galactorrea (leche), telorrea (secreción amarillenta u oscura) y telorragia (sangre).

Algunas causas frecuentes de secreción por el pezón son  el papiloma introductal único (infección viral de los conductos del pezón) y la ectasia ductal (dilatación de estos conductos).

Alteraciones del complejo areola-pezón

El complejo areola pezón puede sufrir alteraciones en su aspecto tanto por diversas formas de cáncer de mama como por patologías de otras clases. Entre las benignas, encontramos dos principales: la fistulización periareolar recidivante (un proceso inflamatorio e infeccioso de los conductos terminales) y la adenomatosis erosiva del pezón, una variante del papiloma intraductal.

Alteraciones de la piel

Por último, puede ocurrir que aparezcan anomalías visuales en la piel de la mama, consistentes con cualquier otra alteración dermatológica; al fin y al cabo, la mama está cubierta de piel que es igual de susceptible a estos problemas que la del resto del cuerpo. Sin embargo, esto no debería persuadirnos de consultar con un ginecólogo para descartar completamente un posible origen maligno.

Algunos ejemplos de este tipo de patologías serían la enfermedad de Mondor (tromboflebitis de las venas superficiales) o el intértigo submamario (infección del surco inframamario por candida albicans).

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