¿A qué edad empiezan a leer los niños?

Un niño leyendo en el colegio.
Un niño leyendo en el colegio.
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Un niño leyendo en el colegio.

En el mundo contemporáneo, la capacidad de leer es prácticamente imprescindible (no hay que olvidar que, hasta hace poco tiempo en términos históricos, la mayor parte de la población era analfabeta). Como tal, las personas pasamos por un proceso de aprendizaje cuando somos bien pequeñas para adquirir esta habilidad.

Aprenden a leer en torno a los 6 años

Como es lógico, la mayoría de los padres monitorizan muy de cerca los progresos y el desarrollo de sus hijos, especialmente en las etapas tempranas de la vida. Se trata de un proceso muy bonito para observar y disfrutar, pero también puede llevar a preocupaciones con los ritmos del pequeño.

Respecto a la capacidad de leer, hay que señalar que suele adquirirse relativamente tarde. Específicamente, lo normal es que los niños vayan aprendiendo a leer entre los 6 y los 7 años de edad, cuando normalmente ya llevan unos tres o cuatro años como mínimo acudiendo al colegio.

Y es que, normalmente, la escuela es el entorno en el que se pone en marcha este aprendizaje. No obstante, no es exclusivo a él; normalmente, un niño necesitará también leer en casa, lo que requiere de la ayuda y asistencia de los padres.

La importancia de no frustrar al niño

Precisamente por esto es importante no presionar al niño para que aprenda a leer antes de la edad. Aunque se puede ir empezando a leerle previamente, e incluso tratar de fomentar sus esfuerzos y ayudarle si él mismo muestra interés por leer antes, tratar de forzar este interés en él puede condicionar su actitud hacia el aprendizaje en el futuro.

De hecho, una vez llegados los 6 años y una vez que el niño ha comenzado el aprendizaje en el colegio, también es importante no forzar al niño más allá de sus capacidades o de su energía, ya que puede generarle frustración y rechazo.

Retraso lector

Cada niño tiene sus propios ritmos, para la lectura y para cualquier otra habilidad que esté adquiriendo. La labor de los padres es conocer y respetar estos ritmos, ofreciendo su ayuda según las necesidades particulares del hijo. Es decir, que no deberíamos preocuparnos mucho si nuestro hijo tarda un poco más en empezar a leer.

No obstante, si esa tardanza empieza a volverse significativa (por ejemplo, a los ocho años no muestra signos de aprendizaje), es posible que nuestro hijo padezca un retraso lector. Se trata de una circunstancia que puede deberse a muchas causas y que normalmente puede solucionarse con un poco de ayuda adicional.

Por ejemplo, los problemas de lateralidad, los aprendizajes precoces, los problemas en el desarrollo del lenguaje, un entorno sociocultural desfavorable o incluso ciertas circunstancias hereditarias pueden provocar este retraso lector. En todo caso, la naturaleza de la estrategia a seguir va a depender de la causa, por lo que es conveniente consultar al pediatra para que evalúe el caso particular del niño.

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