La importancia del cuidado del suelo pélvico en el tenis

  • Las mujeres con disfunción del suelo pélvico tienen más probabilidades de abandonar la práctica deportiva.
Consultar con un profesional sanitario es fundamental para la solución del problema.
Consultar con un profesional sanitario es fundamental para la solución del problema.
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Consultar con un profesional sanitario es fundamental para la solución del problema.

Realizar ejercicio físico es crucial para adoptar un estilo de vida saludable, mejorar nuestro nivel cardiovascular y liberar estrés, entre otras muchas ventajas. No obstante, la práctica de actividad deportiva de alto impacto o mal dosificada podría conllevar repercusiones no deseadas sobre el suelo pélvico si este no puede responder a los requerimientos del ejercicio.

Durante el ejercicio, el impacto y la presión intraabdominal, producida por el esfuerzo, inciden sobre el suelo pélvico, área encargada del sostén de órganos tan importantes como la vejiga, el recto o el útero. Con motivo de la celebración del Mutua Madrid Open 2024, del que el grupo Quirónsalud es Healthcare partner, hablamos con la Dra. Carmen Urbaneja, de la Unidad de Suelo Pélvico del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz. Si el suelo pélvico está dañado o el esfuerzo deportivo es mayor del que este tejido puede absorber "pueden aparecer desde la desagradable incontinencia urinaria al prolapso genital en mujeres”, explica.

Los deportes más exigentes para el suelo pélvico son el voleibol, baloncesto o halterofilia. “El tenis, junto con el running o el fútbol, se considera de moderado impacto, por lo que influyen en el suelo pélvico, pero en menor medida que los anteriores”, detalla la especialista.

“Jugar al tenis o al pádel, pueden considerarse deportes de moderado impacto”

En concreto, los deportes de raqueta o pala, como el tenis y el pádel, precisan de una “contracción repetida del abdomen y cambios rápidos de dirección”. Esto va a generar que “algunas tenistas, sobre todo las que han sido madres y tienen algún daño en la zona debido al embarazo o al parto, puedan presentar los temibles escapes de orina” agrega la experta.

Trabaja la zona

El suelo pélvico podrá contrarrestar mejor los esfuerzos del deporte si está saludable. Fortalecer esta área anatómica debe ser prioritario para deportistas, en especial para las que practican deportes exigentes de forma asidua.

Para ello, los conocidos ejercicios de Kegel son un recurso muy recurrente y efectivo. Estos ejercicios consisten en contraer de forma voluntaria los músculos del suelo pélvico, cerrando y elevando vagina y ano. Podemos efectuar diez contracciones rápidas y diez lentas, de 3 a 5 veces al día, sin que se contraigan al mismo tiempo otros músculos como los glúteos, los aductores o los rectos abdominales. 

“Para saber si la contracción se está realizando correctamente, podemos mirar con un espejo o introducir 1-2 dedos en vagina, comprobando el movimiento de cierre en torno a los dedos, a la vez que colocamos la otra mano en abdomen para confirmar que este no se está abombando hacia afuera”, señala la Dra. Carmen Urbaneja y añade “esperando después de cada contracción a que el músculo se relaje completamente”.

Los ejercicios que incluyan la activación de los músculos profundos del centro del cuerpo (abdomen profundo, erectores de la columna vertebral y diafragma) también nos ayudan cuidar la salud del suelo pélvico, ya que “minimizan el impacto y la presión que llega al suelo pélvico durante la práctica del tenis”, apunta Belén López Mazarías, fisioterapeuta de la misma Unidad de Rehabilitación.

Daño a largo plazo

Tendemos a subestimar el trabajo que realiza el suelo pélvico durante el ejercicio y a descuidarlo durante los entrenamientos. Este es uno de los errores que puede cometer una tenista, máxime si ha sido madre en al menos una ocasión. “Una de cada cinco mujeres terminan abandonando el ejercicio físico por la incontinencia urinaria”, afirma la Dra. Carmen Urbaneja.

Alternar el tenis con la práctica de otros deportes que no sean de impacto como pilates, yoga o natación favorece el buen estado del suelo pélvico, mejora la postura y la respiración, aspectos relacionados con la salud perineal.

Sin embargo, para evitar el daño a largo plazo, además de atender al tipo de ejercicio “es importante la dosificación e intensidad de la actividad elegida” señala la Dra. Urbaneja y “por supuesto consultar con un especialista sanitario en caso de duda o cuando ya han aparecido síntomas como pérdidas de orina, pesadez vaginal o dolor” sentencia la especialista.

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