¿Sabes qué es la trombosis del viajero? Toma estas precauciones si vas a hacer viajes largos

El comúnmente llamado ‘síndrome de la clase turista’ o la trombosis del viajero consiste en la formación de un coágulo en las venas de las piernas. Esta afección no es baladí, puesto que existe el riesgo de que ese coágulo se desprenda y pueda llegar a la circulación pulmonar. Si eso ocurre, podría llegar a ocasionar una embolia de pulmón.

Este problema suele asociarse a viajes de duración superior a cuatro horas, aunque el riesgo de trombosis aumenta en los desplazamientos de más de ocho horas, ya que un viaje prolongado multiplica por dos o por tres el riesgo de trombosis venosa.

Si bien inicialmente esta complicación ha sido relacionada únicamente con los viajes en avión, “este riesgo existe también en desplazamientos en coche, autobús u otro medio de transporte que obligue a reducir mucho la movilidad de las piernas”, explica el Dr. Raúl Pérez Calle, especialista del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

“El riesgo existe en desplazamientos que obliguen a reducir mucho la movilidad de las piernas”

Se tengan o no factores de riesgo trombótico o se reciba o no medicación anticoagulante de forma habitual, en época de muchos desplazamientos es necesario tomar las máximas precauciones para viajar con seguridad y tranquilidad.

Desarrollo y prevención

“La trombosis es una afección multifactorial. Mantener una misma postura de forma muy prolongada hace que se pueda enlentecer la circulación sanguínea en las piernas y en ocasiones activarse el sistema de coagulación”, indica el experto. No obstante, las causas de la trombosis también están relacionadas con la edad avanzada, el tabaquismo, la obesidad y la gestación, entre otros factores.

También acarrean un mayor riesgo trombótico el consumo de determinados fármacos como los anticonceptivos hormonales combinados, padecer algunas enfermedades, haber sufrido un traumatismo o una cirugía reciente o poseer condiciones genéticas (como la trombofilia hereditaria) o adquiridas.

Determinados fármacos acarrean un mayor riesgo trombótico

Para evadir la hipercoagulabilidad de la sangre, el especialista del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz aconseja “mantener una hidratación adecuada y una activa circulación de las piernas dando paseos durante el viaje o realizando movimientos de flexo-extensión de las piernas y el pie”, así como evitar ropas ajustadas e incluso recurrir a medias de compresión.

Precauciones y recomendaciones

Muchos de los síntomas y signos pasan desapercibidos o son confundidos con una contractura muscular, entre otras complicaciones. No obstante, cuando aparezcan dolores, edemas o enrojecimiento de la pierna, debemos acudir al médico y, según el caso, hacernos una ecografía doppler.

Sin embargo, no existe ninguna contraindicación para emprender un viaje largo con tratamiento anticoagulante. Eso sí, se “debe acudir al médico que realiza habitualmente el control de su tratamiento anticoagulante antes de iniciar el viaje y establecer un intervalo temporal de medición de INR ―un parámetro para monitorizar el efecto anticoagulante― adecuado y también es preciso tener en cuenta el tiempo que va a estar fuera”, detalla el Dr. Pérez Calle.

“La principal recomendación ante un viaje planificado es acudir a su médico tratante de su trastorno de la coagulación para que pueda evaluar la idoneidad de su viaje y realizar recomendaciones individualizadas teniendo en cuenta la relevancia de su afección en dicho contexto”, afirma el especialista. 

“La principal recomendación ante un viaje planificado es acudir a su médico tratante de su trastorno de la coagulación”

Asimismo, es recomendable revisar la calidad de la atención sanitaria y las restricciones de entrada de medicamentos en el lugar de destino, contratar un seguro integral de viaje y “llevar la medicación como equipaje de mano y no en la bodega, porque los cambios de temperatura pueden afectar a los principios químicos de su medicación, y además tiene más facilidad para sufrir algún contratiempo como romperse o perderse”.