Qué significa que la vesícula esté engrosada: causas, síntomas y tratamiento

Este martes, la 'influencer' Tamara Gorro anunció ante sus más de dos millones de seguidores en Instagram que debía ser operada porque tiene la vesícula "muy pequeñita y engrosada", lo que le habría provocado una importante pérdida de peso.

En que consiste la colecistitis

Lo cierto es que los términos que utiliza la tertuliana son poco específicos e incluso contradictorios, pero fácilmente podrían hacer referencia a lo que sucede en el caso de una colecistitis crónica, en la que múltiples episodios de inflamación dañan la pared de la vesícula biliar y provocan que se engrose, se encoja y pierda poco a poco su funcionalidad.

Y es que la vesícula biliar es pequeño órgano anexo al hígado cuya función es acumular bilis e impulsarla hacia el intestino delgado, donde sirva para procesar los alimentos. La causa más frecuente de su inflamación es la obstrucción del conducto cístico (por el cual circula la bilis) por un cálculo biliar, aunque también puede suceder por otros motivos.

¿Cuáles son sus síntomas?

Además de la inflamación de la vesícula que hemos señalado, la colecistitis tiene una serie de síntomas, principalmente de carácter digestivo, que pueden indicarnos el problema existente.

Concretamente, es común que las personas con este problema experimenten náuseas, vómitos, fiebre, dolor abdominal que empeora al respirar profundo y calambres después de las comidas, especialmente aquellas con un alto contenido lipídico.

Aún así, para confirmar el diagnóstico, es aconsejable realizar pruebas de imagen como ultrasonido abdominal, tomografía computarizada abdominal, colangiopancreatografía por resonancia magnética o imágenes nucleares hepatobiliares.

¿Cómo puede tratarse?

Hay ciertas medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la condición, como cumplir un ayuno que permita descansar a la vesícula, seguir una dieta baja en grasas, la administración de medicamentos para el dolor o la administración de medicamentos para tratar la infección si se da el caso.

No obstante, teniendo en cuenta el carácter habitualmente recurrente del problema, muchas veces lo más aconsejable es la extirpación de la vesícula mediante cirugía, que puede ser abierta o laparoscópica en función de las características concretas de cada caso.