¿Vuelta al deporte tras el verano? Cuidado con los calambres

  • Tras la vuelta de las vacaciones es habitual aumentar la carga de ejercicio físico.
Los calambres pueden aparecer en los flexores de los dedos de los pies.
Los calambres pueden aparecer en los flexores de los dedos de los pies.
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Los calambres pueden aparecer en los flexores de los dedos de los pies.

El fin del periodo estival y el retorno de la rutina conllevan aplicar hábitos saludables que hemos podido abandonar con facilidad durante las vacaciones. Volver a clases o al trabajo no es la única novedad tras la conclusión de este periodo de descanso; también volvemos de forma progresiva a la práctica de diversos deportes y del ejercicio físico.

El entrenamiento o cualquier actividad física tienen una serie de beneficios para la salud que no conviene despreciar. No obstante, se debe tener en cuenta que tras un periodo relativamente prolongado de inactividad se acrecientan las posibilidades de sufrir calambres.

Pero ¿qué son los calambres y por qué se producen? Se trata de una “contracción involuntaria y repentina de uno o varios músculos” que se acompañan de un “dolor intenso de difícil control” y que suelen durar desde algunos segundos a incluso minutos, explica la Dra. Eva Guisasola Lerma, médica rehabilitadora del Hospital Quirónsalud Valencia, centro de referencia durante los partidos de la Davis Cup by Rakuten Finals 2023 que se disputaron la semana pasada en Valencia.

Si bien lo usual es que ocurra tras haber realizado ejercicio intenso, indica la especialista, en otras ocasiones “no hay causa aparente y se dan durante el reposo, sobre todo nocturno”. Otras causas frecuentes están relacionadas con “algunos medicamentos, la deshidratación, los problemas circulatorios y la descompensación de electrolitos”.

Dra. Eva Guisasola Lerma, médica rehabilitadora HQ Valencia

Eva Guisasola Lerma

  • Médica rehabilitadora del Hospital Quirónsalud Valencia
"Los calambres pueden estar relacionados con medicamentos, deshidratación, problemas circulatorios y descompensación de electrolitos”

En concreto, estos calambres suelen aparecer en los músculos de las piernas, sobre todo en los gemelos. Sin embargo, también pueden aparecer en los isquiotibiales, flexores de los dedos de los pies y cuádriceps. Los espasmos bruscos de estos grupos musculares imposibilitan la relajación, se presentan como un dolor agudo y solo ceden “ante un estiramiento suave y progresivo”, indica la Dra. Guisasola.

Cómo evitarlos

“El esfuerzo excesivo, la deshidratación, los problemas circulatorios, la edad, el mal condicionamiento de los músculos, la sudoración excesiva durante el ejercicio, el embarazo, la diabetes y el sobrepeso” son los factores de riesgo más frecuentes que predisponen a los calambres, señala la experta, que añade que evadirlos es muy sencillo realizando estiramientos suaves antes y después de hacer ejercicio e incluso antes de dormir si se es especialmente propenso a padecerlos.

Mantenerse hidratado, reponer electrolitos con bebidas isotónicas que contengan potasio y evitar el café, el chocolate, el alcohol y el tabaco son otras recomendaciones básicas, así como evitar fármacos estimulantes que contengan efedrina. La fruta después del ejercicio es ideal para reponer los carbohidratos, así como comer alubias, soja, garbanzos, pistachos y judías.

La fruta después del ejercicio repone los carbohidratos

Cómo aliviarlos

Si no se consiguen prevenir los calambres, encontramos pautas de relajación que ayudan a que desaparezcan rápidamente. Si aparecen durante el ejercicio, hay que dejar de hacerlo y estirar con mucho cuidado de “manera lenta y controlada” o autoasistiéndose, afirma la doctora Guisasola. Después, se debe masajear el músculo suavemente, beber agua o bebidas isotónicas y colocar frío envuelto en una toalla.

En el caso de que el paciente sufra calambres recurrentes, presente una debilidad muscular anormal o padezca un dolor demasiado intenso y que se prolongue en el tiempo, se requiere un diagnóstico diferente. Podemos encontrar casos excepcionales como distonías, contracturas que duran más, que son más frecuentes y que pueden darse en otros grupos musculares como la espalda, el cuello o los músculos de la fonación; tetanias o contracciones mantenidas en muchos grupos musculares y claudicación, molestias en la marcha con necesidad de parar constantemente por problemas de circulación arterial.

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