Las claves para proteger tus pies en verano

  • El calor nos invita a utilizar calzados que desprotegen el pie y que aumentan el riesgo de sufrir papilomas, hongos e infecciones.
El uso de chanclas aumenta el riesgo de sufrir infecciones en verano.
El uso de chanclas aumenta el riesgo de sufrir infecciones en verano.
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El uso de chanclas aumenta el riesgo de sufrir infecciones en verano.

Con la llegada del verano y las altas temperaturas estamos sometidos a riesgos asociados a la radiación solar. Pero, en concreto, nuestros pies también se resienten por el uso más frecuente de calzados que no son cerrados. Debido a las altas temperaturas, usamos excesivamente sandalias o chanclas, produciendo cambios en la marcha normal y desprotegiendo el pie.

Para evitar infecciones, daños o patologías típicas de esta época, el especialista del Servicio de Medicina Interna y coordinador de Urgencias del Hospital Quirónsalud Barcelona, el Dr. Fernando Cereto, recomienda no utilizar chanclas en sitios húmedos públicos como piscinas y duchas, ya que “ir con los pies descalzos en estos lugares multiplica el riesgo de contraer infecciones por hongos y papilomas plantares”.

Ante el riesgo de padecer papilomas plantares se recomienda no utilizar chanclas en sitios húmedos públicos

Por otro lado, el uso de este tipo de calzado puede provocar la aparición de otras patologías como “fascitis plantar, tendinitis del tibial posterior, aquilea y dolencias de antepié”, indica el experto, que también advierte de la necesidad de tener especial cuidado con los traumatismos y de la conveniencia de acudir al podólogo para realizar fresado de uñas en el caso de tenerlas engrosadas.

Prevención y cuidado de pies

Además de evitar el empleo de chanclas en lugares públicos tales como piscinas o duchas, es aconsejable introducir calzado cerrado ocasionalmente con plantillas ortopédicas personalizadas “tras exploración biomecánica en el caso de tener alguna molestia en pies o espalda”, estima el especialista. Otros consejos fácilmente aplicables son el uso de desodorantes para pies en caso de tener exceso de sudoración o una hidratación apropiada de los pies para evadir las durezas y la sequedad.

Otra recomendación para tener unos pies sanos en esta época del año, además de optar más a menudo por el calzado cerrado, es el uso de calcetines de materiales naturales como el algodón en detrimento “de los que contienen fibras sintéticas e impiden una correcta transpiración”, explica el doctor Cereto. Asimismo, se deben evitar las costuras muy marcadas, puesto que generan roces en la piel y ejercen presión en el pie.

Se recomienda no utilizar calcetines de fibras sintéticas que impiden una correcta transpiración

Pies bien hidratados

La hidratación de los pies cobra especial relevancia en verano. Después de cada lavado se aconseja aplicar una crema hidratante, con especial énfasis en los talones, puesto que es “la zona del pie que más se reseca y en la que pueden aparecer durezas y grietas”, señala.

Y después de cada lavado es imprescindible secarlos bien. El exceso de humedad y el calor, así como los restos de jabón, favorecen sobremanera la proliferación de bacterias y hongos: “Es importante que prestes especial atención a los espacios entre los dedos y dediques un tiempo a dejar los pies bien secos antes de ponerte cualquier calzado”, precisa el especialista. Asea tus pies a diario y lava bien los tobillos, las uñas, las plantas y los espacios entre los dedos para evadir cualquier problema este verano.

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