Descubre qué se "cuece" en León

Irse de cañas, de bares, de chatos, a tomar el vermut, a tomar algo, ir de tapas, de pinchos…son muchos los sinónimos para definir esta tradición tan arraigada en nuestro país, en León por ejemplo uno “se va de vinos”, en concreto, se suele tomar vino blanco si el aperitivo es por la mañana, y vino tinto si es por la tarde.

¿Y qué mejor plan que visitar una ciudad recorriendo una ruta histórica y gastronómica a la vez?

El Barrio Húmedo es sin duda el más conocido, pero no es el único. El Burgo Nuevo, el Barrio Romántico, Eras de Renueva y la Chantría son otras zonas que se han puesto de moda para degustar los excelentes productos de la tierra.

En pleno corazón de la ciudad, en los alrededores de la Iglesia de San Martín y la Plaza Mayor, La Catedral (La Pulchra Leonina), la plaza del Grano, la calle Rua y la calle Platerías, encontramos toda una serie de bares y de tabernas donde la consumición viene acompañada de una tapa gratuita y donde cada establecimiento intenta diferenciarse de los demás adoptando una especialidad.

La cecina leonesa, la morcilla de Matachana aderezada con salsa de ajo, las coloridas patatas gauchas y la sopa de ajo, las mollejas y ancas de rana al estilo de la tierra con una poderosa salsa picante, los chorizos, los mejillones picantes, la carne de jabalí y el pan de hogaza leonés forman parte de la gastronomía más tradicional de la ciudad.

Un sitio muy típico donde te sirven un gran cucurucho lleno de patatas panaderas, para que te las tomes mientras paseas por las callejuelas es El Flechazo, en la calle Platerías.

Todo ello regado con una buena cerveza o con cualquiera de los excelentes vinos tintos de la tierra como “Pétalos”, “Dominio de Tares”,  “Mencía del Bierzo” y los “Prieto Picudo”. Para los que prefieran un caldo blanco “Tierras de Luna” resulta exquisito al paladar. Es recomendable pedir la consumición en “cortos”, vaso pequeño, si lo que se pretende es que nuestra jornada de tapas se alargue.

El recorrido se puede extender a otros puntos clave, como la zona del Burgo Nuevo, entre la calle Ordoño II,  la calle República Argentina y la plaza de la Pícara Justina, donde se puede degustar las “palomas” y tostas de toda clase.

Es de destacar “Casa Blas”, un establecimiento de  gran tradición que ha convertido la patata frita picante en su seña de identidad. Hay que aclarar que la zona de “Eras de Renueva" se encuentra más lejos del centro pero también merece la pena dar una vuelta y probar sus raciones.

Un lugar que te remonta al siglo XVI, con una fachada plateresca espectacular, es el Parador de León, en la Plaza de San Marcos. Antiguo Monasterio-Hospital, su claustro y su sala capitular se mezclan con las suites y las habitaciones que se han decorado con mucho gusto y con vistas a la plaza. Se convierte en una opción elegida para aquellos que quieran alojarse en un lugar de ensueño, y en cuyo restaurante podrán degustar especialidades como el botillo o el cocido maragato. Un lugar único en la Ruta Jacobea y la Vía de la Plata.

Es una iniciativa que tuvo en 2009 el Ayuntamiento de León y que impulsa la gastronomía leonesa en 14 restaurantes de la ciudad.

“La Cocina del Reino” consiste en dar al turista una selección de productos típicos, elaborados de forma tradicional o con nuevas técnicas, de manera que los clásicos restauradores de la ciudad o las jóvenes promesas del mundo culinario ponen su arte a disposición de cualquiera que quiera probarlos.

Cada establecimiento confecciona un menú cerrado de 25 euros, en el que incluirán diversos platos deliciosos: cecina, ronchitos, mollejas, picadillo (chorizo desmenuzado) o manzana reineta, que pueden ir acompañados de una bebida muy curiosa; el butano, servida en vaso corto, es un refresco de naranja con pocas burbujas, a los niños les encanta. Todo con el fin de que los visitantes puedan conocer más a fondo la cocina leonesa.

Si visitas León, además de belleza, te llevarás un buen sabor de boca.