Y las últimas cuatro palabras de las chicas Gilmore son...

SPOILERS DE 'LAS CUATRO ESTACIONES DE LAS CHICAS GILMORE'

Nueve años y un revival de Netflix después, por fin hemos descubierto cuáles son las famosas cuatro palabras con las que Amy Sherman-Palladino planeaba terminar Las chicas Gilmore. El alma mater de la serie, admirada y venerada por todo gilmoreadicto que se precie, concedía allá por 2006 una entrevista a TV Guide en la que confirmaba que sabía cómo cerraría la historia. Pero claro, eso fue antes de abandonar Las chicas Gilmore en su séptima y última temporada. Ahora, gracias a Las cuatro estaciones de las chicas Gilmore (y el regreso de la madre fundadora), por fin hemos podido conocer esas cuatro palabras finales. ¡SPOILER! ¡SPOILER! ¡SPOILER!:

- ¿Mamá?

- ¿Sí?

- Estoy embarazada.

Contextualicemos. Lorelai (Lauren Graham) se acaba de casar con Luke (Scott Patterson), y madre e hija están en plena charla de despedida. De repente, como quien no quiere la cosa, Rory (Alexis Bledel) suelta la bomba: "Estoy embarazada". Así, sin anestesia. Y nos deja a todos, Lorelai y los espectadores, en estado catatónico. ¿Pero esto qué es? ¿Una tomadura de pelo o una genialidad? ¿Me gusta? ¿Lo aborrezco? Pasada la histeria, la emoción y el asombro de los primeros minutos, y tras visionar el final cientos de veces, estamos preparados para analizar el significado de estas cuatro palabras. Sherman-Palladino quería "cerrar" la serie con ellas, pero lo que ha provocado son un sinfín de futuros posibles en la vida de las Gilmore.

Para todos aquellos que no hayáis podido evitar la tentación de ver el último minuto del revival incluso antes de terminar la temporada completa (pésima idea), os ponemos en antecedentes. En esta nueva entrega de Las chicas Gilmore nos encontramos con una Rory diferente, perdida, con el único reconocimiento profesional que le proporciona un artículo que publicó en el New Yorker, y viajando de un lado al otro, sin residencia fija. "Sale" desde hace dos años con Paul. O Pete. O Phil. O como se llame, que para el caso, nos da igual. Y tiene un affaire con Logan en los siguientes términos: "Cuando estamos juntos, estamos juntos, y cuando no, no". Sí, Logan, su amor de la universidad, el niño rico de papá que le pidió que se casara con él y ella dijo que no. Ahora vive en Londres y está prometido con una rica heredera francesa.

Aunque Rory no aclara quién es el padre del hijo que espera, ese niño tiene todas las papeletas para ser un Huntzberger. El "novio" de Rory está desparecido en combate y el inesperado encuentro sexual de la joven protagonista con un hombre disfrazado de una criatura de Star Wars tiene lugar varios meses antes. En cambio, el personaje interpretado Matt Czuchry, presente en los cuatro capítulos del regreso de las Gilmore, se despide de Rory poco antes de que acabe la serie, en el episodio otoñal. Ambos pasan la noche juntos tras una escapada con la Brigada de la Vida y la Muerte.

¿Y qué hay de Jess y Dean? Eternos tercero y cuarto en discordia. Dean (Jared Padalecki) reaparece por unos minutos en esta nueva tanda de episodios, los justos y necesarios para que Rory le recuerde lo buen primer amor que fue. Fin. El personaje de Milo Ventimiglia, por su parte, vuelve durante los dos últimos capítulos para sacar a su madre de cierta secta que venera los vegetales, y, de paso, ayudar a Rory a encauzar su vida una vez más. ¿Cómo? Aconsejándole que escriba un libro sobre su madre y ella. Jess es sin duda uno de los novios favoritos de la joven Gilmore entre los seguidores de la serie. Por eso, no es de extrañar que Sherman-Palladino haya querido regalarnos una última escena del personaje espiando a Rory, confesándonos implícitamente que aún sigue enamorado de ella.

Esa última mirada de Jess, el adiós de Logan y el embarazo de Rory nos llevan al siguiente punto, donde empiezan las suposiciones. Si este es un final conclusivo, todo apunta a que la creadora estaría repitiendo la historia de Lorelai: Rory se queda embarazada del niño rico, pero todo hace presagiar que terminará con Jess, su verdadera alma gemela. Minutos antes de confesar que está embarazada, la protagonista visita a su padre Christopher y le pregunta por qué permitió que su madre la criara sola. ¿Un vaticinio de lo que ella misma hará? Además, Jess trabaja en el mundo editorial, lo que podría unir sus caminos cuando Rory publique el libro. Sin embargo, y aunque pueda parecer una genialidad, nos estamos olvidando de cierto aspecto: Rory no es Lorelai, Jess no es Luke, y Logan no es Christopher.

Rory ha crecido con una madre que la ha apoyado en todas las decisiones que ha tomado, no como Emily Gilmore. Además, tiene 32 años, edad con la que conocimos a Lorelai en la serie, cuando ya tenía una hija adolescente de 16 años. Y, lo más importante, "Siempre que estoy mal, llamo a Logan", reconoce la joven Gilmore en uno de los episodios. Por otro lado, incluso a las partidarias más acérrimas de Jess nos cuesta pensar que el señorito Huntzberger, con sus virtudes y defectos, se desentendería de su hijo. Es más probable que se divorcie y corra a los brazos de Rory. Recordemos que él ya le pidió que se casaran al final de la séptima temporada y, como mínimo, se merece el beneficio de la duda.

La intención de Sherman-Palladino era terminar con estas mismas palabras la serie original. Aquella Rory de 23 años acababa de terminar la universidad y tenía por delante un prometedor futuro como periodista, por el que tanto había luchado. Si bien la marcha de la creadora de la serie fue una de las peores noticias para el fandom Gilmore, hemos de reconocer que Rory tuvo un buen final: se fue a cubrir la campaña de Barack Obama. Nos despedíamos así del personaje de Alexis Bledel, que anteponía su futuro profesional a las cuestiones del corazón. Logan rompía con ella tras el "no" a su proposición matrimonial, pero ella seguía adelante, dispuesta a comerse el mundo.

Sin embargo, de haberse quedado embarazada de Logan, ¿qué hubiera pasado? Tal vez hubiera aceptado casarse con él, o tal vez no. Probablemente se hubiera quedado en Stars Hollow, al menos durante los meses de embarazo y primeros años de vida del pequeño, y no hubiera podido cubrir la campaña de Obama. A pesar de que su sueño de ser periodista no le ha reportado las satisfacciones que esperaba, al menos ha podido salir de Stars Hollow, y probar las mieles del éxito (el artículo del New Yorker) y el fracaso laboral. No esperábamos menos de ella.

Y la inevitable pregunta tras esta retahíla de cuestiones es: ¿Nos van a dejar así? Desde luego, este final deja muchas puertas abiertas. Habrá que esperar a ver si la propia Sherman-Palladino se encarga de redirigir el futuro de los personajes, o el inevitable "continuará" se teje a gusto del consumidor (es decir, en nuestra imaginación). Al ser preguntada por The Hollywood Reporter sobre si habría más revivals de las Gilmore, Sherman-Palladino contestó que "teníamos un viaje específico en nuestras cabezas y lo hemos completado. Esta es la pieza que queríamos hacer. ¿Si va a haber más? Eso hay que dejarlo a un lado de momento. Luego lo que tenga que pasar, pasará".

Otro que no cierra las puertas a una posible nueva tanda de episodios es Scott Patterson (Luke): "Sería genial hacerlo todos los años. Tal vez cada dos años, una cosa de tres meses, cuatro episodios más. Fue fácil de hacer, divertido". Logan, o lo que es lo mismo, Matt Czuchry, también se ha pronunciado al respecto: "En este momento, la serie está terminada. Estos cuatro episodios se han hecho en el momento correcto, con una gran historia que contar. Si los fans quieren más, no es sólo por esas cuatro palabra, es porque todo fluye a lo largo de los cuatro capítulos". ¿Y qué opina Alexis Bledel? "Todo depende de la historia". Esperemos que, si finalmente deciden volver para aclarar todas estas cuestiones, lo hagan antes de nueve años. Mientras, que cada uno imagine/discuta/urda el futuro inminente de las Gilmore como crea conveniente. Eso sí, sin escatimar en litros y litros de café para las protagonistas.