Artes

Los tres pilotos de dragón que hay en España: así se hicieron y se mueven los animatronics del musical 'La historia interminable'

En España hay cerca de 7.000 pilotos de avión comercial. Pilotos de dragón solo hay tres. Son Pili de Grado, Adela Campos y José Antonio García, los tres titiriteros que cada noche hacen que la magia del reino de Fantasia sea posible en el musical La historia interminable, en el Teatro Calderón de Madrid.

Y es que ellas y él contribuyeron a construir y además manejan a personajes como Fújur, el Comepiedras, Morla, el Caracol de Carreras e incluso a un caballo hiperrealista, Artax.

Empecemos desde el principio: La historia interminable es un musical original de creación española basada en el famoso libro de Michael Ende y puesto en pie por el productor Dario Ragattieri (beon. Entertainment) y el compositor español Iván Macías.

Además de un gran elenco que da vida a los personajes del libro, aparecen habitantes del Reino de Fantasia como Fújur, el Comerrocas o Morla, están creados mediante animatrónica, un sistema empleado en el cine que nunca antes se ha empleado en un musical. El realismo es máximo, por ejemplo, con Artax. Hasta tal punto el caballo de Atreyu parece de verdad que el musical recibió la queja de un grupo animalista por estar empleinando animales vivos en un espectáculo.

Fito Dellibarda, de la empresa KREAT FX, es el máximo responsable, junto a Alejandra Varela, de la creación de estos títeres animatrónicos creados exprofeso para este musical. «Hemos diseñado y fabricado todas las criaturas de un lapso de unos 6 meses desde que empezamos a hablar de diseño hasta la construcción y traerlos al teatro», explica Fito. Se necesitó un equipo de más de 30 personas, entre los que había desde escultores, modistas para coser todas las pieles, ingenieros de desarrollo mecánico, expertos en electrónica…

Así se ve el interior del animatronic de Fújur, del musical 'La Historia interminable'.
JOSE GONZÁLEZ

A la hora de diseñar el aspecto de los personajes «obviamente la película influye muchísimo porque está en la memoria general», pero «lo que quisimos hacer fue, si bien respetar el espíritu de la película, darle un estilo propio, no copiar exactamente esos personajes», hace ver Fito.

«Hemos usado desde estructuras de aluminio a estructuras de hierro, fibra de vidrio y sobre eso, por ejemplo, Fújur, tiene toda un sistema muscular hecho en lycra y espumas para que cuando se mueva, debajo de la piel se vean músculos moviéndose y no solamente la estructura mecánica». Los materiales eran importantes y por eso la piel del famoso dragón se trajo especialmente desde EE UU. El Comerrocas, por ejemplo, fue construido piedra por piedra para que tuviese la máxima movilidad al gesticular.

Volvamos a los pilotos de dragón. Pili, Adela y José habían trabajado ya con títeres, incluso con títeres muy grandes. José había sido el alma de un árbol de 5 metros de altura en un espectáculo de circo y Pili fue de las que colaboraron en la creación de los personajes de La historia interminable. El interior de Fújur, por ejemplo, es como un caza de combate antiguo: está lleno de palancas, cables, interruptores… Pili y Adela se meten dentro en total oscuridad, provistas de linternas frontales en sus cabezas, que les permiten ver dentro del animal. ¿Hemos dicho ya que Fújur vuela? Ellas apenas lo notan, la concentración es total.

«Para manejar estos títeres hace falta un equilibrio entre la sensibilidad por el detalle y la fuerza física para la manipulación», explica Adela. «Tienes que estar centrada técnicamente en tu cuerpo, en tu posición y de responder a lo que está pasando en escena», añade Pili.

Ninguno de los tres titiriteros ve nada. «Escuchamos, que es un poco la máxima de nuestra percepción y conocemos la escena porque hemos visto muchos ensayos y hemos aprendido los textos. La acción y la reacción la hacemos por escucha, porque nosotros estamos a las palancas y en la oscuridad. Al final lo que importa es lo de fuera», hace ver Adela. Pero no se trata de mover seres inanimados. «Lo más complicado es que coincida todo, que cuadren los movimientos de las marionetas con el texto, que cuadre todo, porque nuestro propósito es crear vida, no es que se muevan unos muñecos. La ventaja de un animatronic es que permite reaccionar a imprevistos y que interactúa de verdad con el resto de intérpretes. Eso hace que verlos en escena impresione.

Bastian lee con el caracol de carreras y el Comerrocas de fondo, en el musical 'La historia interminable'
BEON. ENTERTAIMENT

Si van a ver el musical, conocerán a los tres titiriteros al final, cuando salgan a saludar. «Lo que siempre decimos de broma es que si no se nos ha visto la cara en toda la función, la gente pensará ¿estos quienes son?», dice Pili. «Es muy es bonito ver el teatro lleno y formar parte de la coreografía final con todo el elenco. Mola», apostilla.

Clavar cada función no es fácil y requirió mucho entrenamiento y ensayos. «Cada títere tiene sus necesidades. El caracol resulta muy rápido, casi funciona solo, pero el caballo estuvimos un mes y medio trabajando con él, porque es un animal que tiene reacciones reales. El paso cuando está cansado, cuando se asusta, cuando respira… todo eso tienes que dárselo desde dentro a través de palancas y cables y eso requiere mucho ensayo y mucho análisis de movimientos», explica Adela Campos.

Una voz de dragón 

Josean Moreno es el actor que le pone la voz en directo a Fújur. «Va a quedar un poco moñas, pero me eché a llorar la primera vez que lo vi por lo bonito que es», explica. Josean tiene un estudio de doblaje tras el escenario. «Estoy atento a una pantalla para ver cualquier tipo de movimiento que yo pueda aprovechar», explica sobre su trabajo, en el que se coordina con los titiriteros. "Te tienes que meter un poco en el alma de la criatura, meterte en sus gestos. Es un trabajo conjunto, tanto por el lado de los titiriteros y por el lado de los creadores que te dan esa facilidad, porque él, la criatura, sonríe, tiene muchísima gestualidad", hace ver Josean, que también da vida en el musical a Koreander. 

La compenetración es tal que incluso pueden reaccionar a los imprevistos, que no suelen ocurrir. "Un día quedó enganchado un telón con la cabeza de Fújur en una escena en la que hablaba con Atreyu. Tuvimos que improvisar y que el dragón dijera, "guau, ayúdame, Atreyu", revela el actor. 

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