"Qué maravilloso hacer el amor con una señora de la que estás enamorado"

"Esa dama debe estar perdida", pensé al ver a una pequeña señora con el plano de Sevilla en la mano, que vacilaba en la esquina de la calle. Me recordó a mis propios años perdidos, cuando fui camionero en la ruta hacía Francia; una semana tomates, otra melones, y así, hasta esa semana que descubrieron un montón de droga en los bajos. Una trampa. Seis años en chirona en Francia. Quince años desde entonces para olvidar, pero nunca perdidos de vista.

"Seguro que se ha perdido", me dije alcanzándola. Vislumbré en el plano palabras en otro idioma. Una turista francesa. "Bonsoir, madame, ¿puedo ayudarla?". "Gracias a Dios, ¡alguien que habla francés!". Y así empezó. Hacía mucho calor, la invité a beber algo. Le dije que era soltero, entrenador deportivo, y que me gustaba leer historia. Me contó que era viuda, que sus hijas ya no la necesitaban, que enseñaba historia en la escuela. Hablamos de las dos figuras clave de la posguerra de nuestros países, ambos que se veían patriotas, pero con consecuencias muy diferentes.

Nos dimos cita para la tarde siguiente. Qué guapa, pensé cuando la vi acercándose. No recuerdo dónde comimos esa noche, sólo que hablamos sin tregua, y que no pude dejar de mirarla. En los días siguientes, le hice conocer los rincones más secretos de mi ciudad. Visitamos el tejado de la catedral como una pareja de tórtolos, escuchamos música en el jardín del Alcázar, paseamos por el canal. Siempre hablando y riendo.

La última noche, preparé la comida para ella. Y entonces, Dios, qué maravilloso hacer el amor con una señora estupenda, una amiga, y de la que estás enamorado. En la madrugada, erramos cogidos de la mano hacía su hotel, felices. Pero supe que estaba dejando mi corazón allí. Todo ha vuelto a la normalidad. Salvo que, después de unos meses de silencio, recibí ayer un mensaje que decía: "Me pregunto si se puede recrear el verano en invierno. Parece que todo es posible en Sevilla. ¿Te gustaría que pasáramos las Navidades juntos? Hazme una seña".