"No pude parar de besuquear y disfrutar de cada uno de los rincones de su cuerpo"

Mi jefe me obligó a tomar vacaciones en una semana en la que no tenía ningún plan con los amigos. Por suerte, mis padres estaban pasando unos días en un apartamento en Casteldefells, por lo que decidí unirme a ellos. El fin de semana estuve en Gerona visitando a unos amigos. Después vendría la parte "aburrida", vacaciones con tus padres. Después de dos días de playa y piscina, el martes por la noche fui a tomar una cerveza al chiringuito de la playa, solo. Cuando llegué no vi a nadie en la barra.

De pronto oí una voz dulce, "¿quieres algo?". Me di la vuelta, una chica rubia, muy guapa, esperaba sonriendo mi respuesta: "Una cerveza, por favor". Me senté y disfruté de la caña mientras ella seguía poniendo copas; no podía parar de mirarla. El ambiente era impresionante con un cielo estrellado y el sonido del mar al fondo. Acabé la cerveza y me fui a casa pensando en ella, algo me decía que debía volver pronto.

El jueves me quedé solo, mis padres se habían ido, y decidí probar suerte. Volví al chiringuito y volví a pedir una cerveza. Esta vez me quedé en la barra y pronto empezamos una conversación interesante. Cuando cerró el bar no pude contenerme y le invité a tomar una copa en algún otro bar, ella accedió. Nos fuimos a Barcelona, y después de una noche de fiesta, de risas, de good feeling empezamos a besarnos. No podía creer lo que me estaba pasando, sentía como una fantasía de la adolescencia que se estaba haciendo realidad. Ya de día, me invitó a su casa. Una vez en su habitación, nos empezamos a besar, a abrazar, muy pronto nos quedamos sin ropa, y no pude parar de acariciar, besuquear, disfrutar de cada uno de los rincones de su cuerpo. Y después... Fue increíble.

A las dos horas me marché, salí a la calle, estaba en un barrio que no conocía de Barcelona, era como que todo era un sueño, como que no había pasado. Recibí la llamada de un amigo, se lo conté, no me podía creer. No he vuelto a saber de ella, pero fue una de las noches más bonitas de mi vida.