Madrid

La explosión de la calle Toledo cumple un año y el edificio de la Paloma sigue siendo "un cadáver"

La calle Toledo recuperó su vida a los pocos meses de la trágica explosión en el número 98 de la vía madrileña. Los vecinos volvieron a sus casas en enero y el colegio reabrió sus aulas en marzo, casi al tiempo que la Parroquia de la Paloma volvía a celebrar sus habituales Eucaristías. 

Todos menos los cientos de feligreses que acudía a diario a este inmueble, bien para impartir catequesis, para atender a refugiados y enfermos del barrio, o visitar a los cinco sacerdotes que ahí residían. Incluso vecinos, que ensayaban sus obras de teatro en las salas prestadas. Un año después de la explosión las secuelas se evidencian en la fachada e interior del edificio de la Paloma que hoy sigue siendo "un cadáver", en palabras de su portavoz.

Aspecto actual del edificio parroquial de la Iglesia de la Virgen de la Paloma.
Jorge Paris

Los integrantes de la Parroquia siguen cuestionándose las causas de la explosión. El juez archivó la causa el 22 de febrero concluyendo que el origen fue un escape de gas. No se admitieron los sucesivos recursos ni la Audiencia Provincial reabrió las pesquisas. Ahora tanto la parroquia como las cuatro familias de los fallecidos han solicitado abrir la tramitación por la vía civil, "con el único objetivo de saber qué pasó", explica la portavoz de la Parroquia de La Paloma.

La planta 3 del edificio.
Cedida.

En lo que no dudan es en su empeño porque el edificio del número 98 de la calle Toledo vuelva a ser lo que era antes del trágico suceso. "Se pondrá en marcha una recaudación de fondos, una colecta abierta a todos los madrileños, y se reconstruirá tan pronto sea posible gracias a la generosidad de la gente", dice.

Mientras tanto, la parroquia está en fase de anteproyecto. "Trabajando con una doble propuesta, y la decisión final depende de varias consultas con el Ayuntamiento y otros trámites como la aprobación por parte de la diócesis", apunta a este medio la portavoz. 

Viviendas de los sacerdotes.
Cedida.

"Básicamente, hay que elegir entre reutilizar la infraestructura o empezar de cero. Miramos al futuro y nos hemos puesto en camino para reconstruir el edificio, porque es urgente volver a tener un centro donde recuperar las actividades que se hacían. Pero vamos día a día", señala.