"Le llamé toda nerviosa y le dije que mi colchón estaba muy viejo, que quería uno"

Mi historia es del verano pasado. Tengo 20 años. Cuando quedo con mis amigas casi siempre pasaba por una tienda de colchones en la que el dueño me encanta. Estaba obsesionada con él. Tendría de 25 a 30 años y llevaba un bigote muy sexy. La tienda es pequeña, tiene dos camas y un cuarto de oficina.

Llegó el día y fui a la tienda lo más sexy que pude

Había unos amigos míos que con mi hermano se burlaban de él y cuándo pasaban por la tienda le hacían estupideces hasta que el hombre salia y ellos se iban corriendo. Se apuntaron el número de la tienda y a veces le llamaban para gastarle bromas. Un día mientras mi hermano se estaba duchando le cogí el móvil y me apunté el número.

Le llamé todo nerviosa y le dije que mi colchón estaba ya muy viejo y que quería uno y si le parecía bien a la siguiente semana (aprovechando que mi hermano se iba con unos amigos fuera de la ciudad) me pasaba por la tienda, él me dijo que encantado.

Convencí hasta ese día a mis padres para cambiarme el colchón y dije que yo me encargaría de todo. Llegó el día y fui a la tienda lo más sexy que pude. Al entrar se quedó como sin respiración y fue una conversación muy tímida. Quedamos de acuerdo en todo y me dijo que me lo llevaría en cinco días a mi casa, pero que al día siguiente volviera a la tienda para firmar unos papeles. Volví al día siguiente y tras mandarle muchas indirectas de sexo, me dio un morreo en los labios. Después, cerró la tienda y nos lo montamos en la cama que tenia de muestra. Fue increíble, sexo salvaje durante media hora. Él nunca me dijo nada pero al próximo mes se trasladó a otro lugar y nunca supe nada más de él.

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