El abuso del alcohol llega a los siete años de haber probado la primera copa
- «Está de moda, pasarlo bien y todo el mundo lo hace» son las razones de los jóvenes que se drogan.
- Drogadicción ya no es sinónimo de marginalidad.
- CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE MÁLAGA
Los jóvenes tardan siete años en abusar del alcohol. Según los datos de Proyecto Hombre, la primera copa se toma a los 18 años, mientras que el consumo abusivo se inicia a los 25. Estudios de la Junta y el Gobierno sitúan la edad de la primera copa de 13 a 16 años.
Esta sustancia es la que mantiene adicto al individuo durante más tiempo (10 años), por detrás de la heroína y el revuelto de heroína y cocaína (12 años, con edad de inicio a los 25).
Los datos provienen de la memoria de las actividades en 2008 del Centro Español de Solidaridad de Málaga, que desarrolla desde 1985 en la provincia la iniciativa terapéutica y educativa contra adicciones Proyecto Hombre.
La drogadicción ya no es una exclusiva de las personas que viven en la marginalidad. El perfil en Proyecto Hombre es el de clase media, con estudios medios o superiores o trabajo, «al contrario que en los años 80, cuando los usuarios pertenecían a sectores muy desestructurados», según el director de Proyecto Hombre, Juan José Soriano.
Menores de edad
Las razones por las que los jóvenes menores de edad consumen son que «está de moda, para pasarlo bien y porque todo el mundo lo hace». El 80% se trata por adicciones a sustancias. «Por el móvil, Internet y videojuegos es muy minoritario. Los jóvenes dicen que están satisfechos con la familia, el colegio y sus iguales. Van a terapia obligados por padres o un juez». El otro 20% tiene problemas de conducta en casa o el colegio (no son adictos).
PERFIL Y TRATAMIENTO DE LA TOXICOMANÍA
- Tanta cocaína como cannabis. El alcohol es la única droga a la que hay más mujeres adictas que hombres, mientras que con la heroína ocurre al revés. En cocaína y cannabis no hay diferencia de sexos. Cada una de ellas son la principal dependencia para un 40% de los atendidos.
- Poner límites. «Los adolescentes quieren que se les ponga unos límites. Los padres han dejado de ejercer su autoridad y les cuesta reconocer que su hijo tiene un problema. Si hasta los 13 no se han impuesto, a los 14 años no sirve imponerse», argumenta Soriano.
- Tratamientos. Los menores son tratados durante un año (1 sesión semanal en la que interviene también la familia), frente a los más de dos años de los mayores de edad. El 22% de los usuarios abandona las terapias de Proyecto Hombre.