Cómo hacer harina de coco, rica en fibra y estupenda para rebozados

De pequeña solo se escuchaba hablar del coco en forma de dulces, era difícil encontrar cocos enteros en las verdulerías y no había forma de verlos en los supermercados. Hoy hay una variedad impensable de productos del coco; agua, harina, leche, leche baja en grasas, aceite, chips, coco rallado, azúcar, mantequilla y hasta aminos de coco, que es un sustitutivo de la salsa de soja. Y eso sin entrar a hablar de todos los productos que se hacen de su cáscara y de su fibra.

El coco está de moda y tiene muchas variedades. Cuando piensas que ya las conoces todas, aparece alguna diferente con más carne o más agua. ¿Has probado el agua que se bebe directamente del coco? Para mi gusto está deliciosa y es excelente para darte un empujón cuando hace mucho calor.

Por algo a el cocotero se le llama 'árbol de la vida' o 'Kalpavriksha', el árbol que da todo, en India. Además los cocos son, sin duda, frutos muy nutritivos.

El coco contiene solo un 5% de hidratos de carbono y es bajo en proteínas, apenas un 3%, pero más que otros frutos secos. Tiene poco más de un 30% de grasas, de las que solo un tercio son saturadas -ácidos grasos de cadena media-. Estas grasas son en un 45% ácido laúrico, que es muy beneficioso para la salud, es un tipo de grasas (MTC) que se encuentra en la leche materna. Sí, has escuchado bien, no todas las grasas saturadas son inadecuadas para nuestra salud, las hay que nos aportan muchos beneficios como las grasas de cadena media que son abundantes en el aceite de coco. Estas grasas son rápidamente metabolizadas por nuestro organismo, se convierten en energía y es poco probable que sean almacenadas como grasas en nuestro organismo.

En los últimos estudios se aclaró la mala fama que había tenido la grasa de coco durante tiempo, ya que en artículos anteriores se había tomado como muestra el aceite de coco hidrogenado, un alimento procesado, y no aceite crudo de coco.

El coco tiene propiedades antimicrobianas y antivirales, en varios estudios se ha demostrado su acción sobre determinados virus, bacterias y hongos como cándida, tiña, pie de atleta, dermatitis de pañal u otras infecciones. Gracias a sus nutrientes, posee propiedades sedantes y que equilibran nuestro sistema nervioso.

Hablemos de la harina de coco

Respecto a la harina de coco, dos cucharadas aportan cinco gramos de fibra y sólo dos gramos grasa total. La fibra dietética que contiene mejora la salud intestinal, reduce el riesgo de estreñimiento y ayuda a prevenir picos de azúcar en sangre, tiene propiedades de regular la presión sanguínea y alarga la sensación de saciedad. En particular la harina de coco tiene beneficios para las personas diabéticas debido a su bajo índice glucémico y no contiene gluten.

La harina de coco, a diferencia de otras harinas como la de avena, se prepara a partir de la fibra que sobra cuando haces leche de coco, o sea es un subproducto. La ventaja de hacerla a partir de los restos que nos sobran de la leche de coco es que reduce su contenido en grasas a la mitad. Normalmente se puede secar esta pulpa o fibra del coco para poder conservarla fuera de nevera. Pero existe la posibilidad de dejarla tal cual congelada para ahorrar energía y tiempo.

Últimamente la harina de coco se ha hecho muy popular en diferentes tipos de dietas y es una muy buena opción para sustituir harinas de cereales, pero conviene combinarla con harina de almendras o avena para un resultado óptimo. Tiene la característica de ser una harina que seca bastante y no tiene tanta elasticidad ni almidones, por lo que hay que tener precaución a la hora de sustituirla por otras harinas.

Con la harina de coco puedes elaborar innumerables recetas e incluso sustituir al azúcar glass para decorar tus dulces. Una de mis recetas preferidas es sustituir el pan rallado por harina de coco con especias para empanar carnes, pescados o hamburguesas vegetales. A mí me gusta mezclar la harina de coco con ajo y perejil, orégano, cebollino, tomillo y romero con un toque de sal integral. Y alguna vez le pongo una cucharadita de curry.

Receta de la harina de coco

Cómo ingrediente solo es preciso un coco fresco, preferentemente ecológico, o coco rallado.

Un consejo a la hora de comprar un coco fresco: verifica su calidad o frescura por el contenido en agua en su interior. Si pesa poco es indicativo de que no es tan fresco y puede tener sabor rancio. Si compras coco rallado, cómpralo a granel porque es más económico y además evitas envases.

ELABORACIÓN CON COCO FRESCO:

Precalienta el horno a 50 grados.
Retira el liquido del interior del coco que previamente hay que abrir con la ayuda de un sacacorchos por uno de los tres orificios que tiene en la parte superior. Una vez retirado todo el liquido volcándolo en un vaso, lo puedes beber con todos sus beneficios.
Quita con la ayuda de un cuchillo la pulpa, haciendo presión para retirar la cáscara, pártela en trozos pequeños y tritúrala con la ayuda de una licuadora con el doble de agua.
Luego utiliza un trapo, bolsa de tela o filtro para elaborar leches vegetales para separar la pulpa del líquido. El líquido resultante es leche de coco que puedes conservar en la nevera durante tres días para elaborar platos como la receta de curry fácil de la semana pasada o beberla, que es deliciosa.
Extiende la pulpa sobre una bandeja y hornéala a 50-60 ºC de 4 a 6 horas, hasta que este seca dependiendo de tu horno. El tacto y la textura debería ser muy similar a las de la harina de maíz gruesa. Si la quieres con menos textura tendrás que molerla más.
Puedes almacenarla en un bote de cristal.

A PARTIR DE COCO RALLADO

Coloca el coco rallado en una batidora o triturador y procésalo hasta que quede completamente molido. No lo presiones demasiado, ya que se puede convertir en mantequilla dado que contiene más cantidad de grasa que la opción anterior.
Puedes conservarla en un bote de cristal bien cerrado y en un armario.