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Vivir con más calma: un efecto secundario de la pandemia

El frenazo vital impuesto por la pandemia se ha mantenido en algunos aspectos de nuestro día a día.
Thiet Vu / Freepik

Si algo hemos aprendido de lo vivido durante 2020 es que somos capaces de pisar el freno. En un mundo que cada vez iba más rápido, en el que apenas existían distancias, una pandemia nos obligó a frenar, a ser conscientes de nuestros espacios, nuestras relaciones y a echar de menos todo lo que, hasta marzo de 2020, dábamos por supuesto.

Este frenazo vital se ha mantenido en algunos sentidos. A pesar de que ya vamos acercando el pie al acelerador, no son pocas las personas que han empezado a adoptar este estilo de vida, llamado slow living o slow life.

Desde el site Think with Google han detectado el interés por este modo de vida más lento y natural gracias a las búsquedas que los usuarios realizan en YouTube, estrechamente relacionadas con temas como vivir de manera sencilla o el minimalismo. Los datos permiten ver cómo en 2020, las visualizaciones de vídeos que incluían los términos slow living en el título se multiplicaron por cuatro en comparación con el 2019.

Este cambio de velocidad, también supone un cambio de hábitos en el consumo de vídeos online, ya que la filosofía slow living requiere el compromiso de los usuarios. Los vídeos suelen ser largos y con música relajante. Si quieres saber más sobre esta tendencia y lo que supone en la práctica puedes consultar el artículo completo de Think with Google.

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