La Rioja

Ante unos jóvenes que han demostrado "no gestionar la frustración" una orientadora propone consecuencias sociales

Actos vandálicos realizados en Logroño el sábado 31 de octubre de 2020
EUROPA PRESS

En una entrevista a Europa Press, Campo ha analizado, desde el punto de vista pedagógico, los sucesos en los que degeneró la concentración prevista para el pasado sábado, 31 de octubre, tras las medidas puestas en marcha para hacer frente a la COVID-19, con unos jóvenes que protagonizaron actos vandálicos y otros que limpiaron los desperfectos.

Por un lado, ha indicado que "para llegar a crear jóvenes solidarios, y generosos", como los que limpiaron los destrozos por iniciativa propia, "hay que empezar desde que son pequeños".

Así, "esos jóvenes que han estado intentando aportar a la comunidad lo han hecho porque desde casa se les ha trabajado e inculcado esos valores".

Además, ha recalcado que "se les ha educado para lo que pueda venir, como es la situación que tenemos ahora" de pandemia, que va unida a restricciones de movilidad. "Tienen necesidades que ahora no pueden cubrir, pero están aceptando que no es el momento", ha señalado.

Ha abogado por trabajar la importancia que tiene ayudar a los demás, "empezando por nuestro entorno más cercano, que pueden ser nuestros hermanos y amigos"; y, a la vez, "inculcar valores solidarios" mediante proyectos de voluntariado.

"Igual que podemos pensar como padres que es muy importante que nuestros hijos vayan a piano o a inglés, igual también es importante que conozcan organizaciones que están ayudando", ha señalado.

A la vez que ha destacado que esos jóvenes que fueron a limpiar los destrozos "no han salido de debajo de las piedras, en casa se les ha inculcado" ha creído necesario que la sociedad "sepa que están ahí" porque los que hacen los contrario "son una minoría, aunque ruidosa".

¿Desde cuando se educa más allá del yo? Ha explicado que "el ser humano es egoísta por naturaleza". El egocentrismo, concepto utilizado en el ámbito de las teorías del desarrollo, fue muy utilizado por Jean Piaget (1923) para referirse a la dificultad que tienen los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya.

Se trata de una etapa natural y propia del niño en sus primeros meses de vida, cuando no son capaces de asimilar que hay una realidad más allá de ellos.

Pero, a partir de los dos años, "empiezan a ver que existe otro ser" y se les puede educar a entender, poco a poco, "que mi actitud tiene una influencia en el otro".

Se les puede enseñar a "dar lo que puede gustar a los demás, aunque sea lo que a ti más te guste, no dar lo que sobra; y ofrecerse a ayudar, preocuparse por si otras personas están bien o necesitan algo".

Frente a lo ocurrido el sábado, con los destrozos a comercios, ha indicado que "tenemos que pensar cómo han llegado a hacer eso". La respuesta, para ella, es que "han llegado a hacer eso porque, realmente, no se les han puesto unos límites".

"Porque no están acostumbrados a que se les diga que no y, en el momento en el que se les ha limitado a aquello que querían, han reaccionado con frustración y rabia", ha relatado.

GESTIONAR LA FRUSTRACIÓN

A esto ha unido que "no están acostumbrados, tampoco, a gestionar esa frustración". "No tienen tolerancia a la frustración ni capacidad para gestionar esas emociones", ha explicado, "entonces su respuesta ha sido totalmente egoísta, sin pensar en las consecuencias sobre los demás".

Ha creído que, ahora, las consecuencias "tienen que ser sobre ellos". Ha abogado por "no hablar de multas, sino de actos benéficos y solidarios: Que se pongan a limpiar en hospitales para que vean lo que está pasando, dado que, si alguno de ellos hubiera sido un poco empático con la situación, no lo hubieran hecho" y para que "pedagógicamente haya una concordancia entre la acción y la consecuencia".

En este sentido, ha propuesto una terapia de choque para que aprendan a tolerar la frustración. El trabajo que propone uniría "una terapia paralela a acciones, porque si sólo nos quedamos en la teoría no los van a aprender: se explica y se pide que se haga".

Para esta orientadora, como "aprendemos a gestionar la frustración frustrándonos, entonces les tenemos que frustrar" y hacerlo "con una intervención sicológica paralela".

Se trataría de exigirles cosas, "ahora que hay mucha necesidad de ayuda, no solo en hospitales sino en pequeños comercios, colegios...". Aunque ha visto que es una "tarea que supone un esfuerzo importante" a la hora de organizarla, ha creído que "es la mejor manera de aprender"

"SE LES HA ESCAPADO DE LAS MANOS"

Por último, ha explicado que estamos en una sociedad en la que "se ha dado mucha oportunidad a reivindicar, manifestar, protestar, ante lo que no nos gusta".

"Y, ahora, los jóvenes han hecho, de alguna manera, lo que han estado viendo en los medios de comunicación que se hace mucho en la sociedad, pero han sobrepasado el límite con la violencia".

"De alguna manera han hecho lo que muchos adultos están haciendo constantemente, y en diferentes contextos, cuando algo no nos gusta salimos a las calles, pero se les ha escapado de las manos", ha dicho.

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