Los peligros de ceder nuestros datos a una app basada en inteligencia artificial: "Nada es gratis"

Según el Reglamento General de Protección de Datos, las empresas deben obtener el consentimiento explícito de los usuarios antes de recopilar y utilizar sus datos personales.
Parece que detrás del ataque está el grupo internacional de cibercriminales REvil.
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Parece que detrás del ataque está el grupo internacional de cibercriminales REvil.

La aplicación EPIK- AI Photo Editor se ha vuelto bastante popular entre los usuarios para crear las famosas imágenes del anuario noventero de Estados Unidos. Algunas influencers y artistas como Paula Gonu, Laura Escanes, Lola Índigo, Paz Padilla, Víctor Elías, David Moreno o Belén Esteban pusieron a prueba dicha app para conseguir las fotos gracias a la inteligencia artificial (IA) generativa, pero más allá de los resultados que pueden obtener los famosos o cualquier persona anónima, ¿es verdad que somos conscientes de los riesgos que existen a la hora de ceder nuestros datos a la IA?

Al hilo del boom por descargar la aplicación EPIK- AI Photo Editor y usar el efecto 'AI Yearbook', los usuarios deben subir entre ocho y doce selfies para crear las imágenes del anuario, pero si nos paramos a leer la política de privacidad, se indica que la app "puede acceder a metadatos e información asociada con otros archivos almacenados en el dispositivo".

Añadiendo que "la compañía puede procesar y retener la información personal durante el período necesario para obtener el consentimiento o para lograr el propósito de la tarea especificada en los 'Términos y condiciones' y la 'Política de privacidad'". Sin embargo, aclara que la aplicación no está destinada para menores de 16 años: "No recopilamos ni solicitamos intencionalmente ninguna información de ninguna persona menor de 16 años, ni permitimos intencionalmente que dichas personas se registren en la app".

Pero más allá de EPIK- AI Photo Editor, FaceApp también tuvo bastante popularidad entre los usuarios por la moda de convertirse en anciano o cambiarse de género gracias a la tecnología de red neural, además, levantó varias sospechas entre los expertos en ciberseguridad porque recopiló datos valiosos.

¿Qué riesgos existen a la hora de ceder nuestros datos a la inteligencia artificial?

Entonces, ante dichos casos, ¿cuáles son los verdaderos peligros de que la inteligencia artificial tenga nuestros datos? Mariano Minoli, especialista en Big Data y uno de los responsables de Hiberus Data & Analytics, explica a 20Bits que "este tipo de aplicaciones están siendo soportadas por modelos llamados deep learning, en palabras simples, estos modelos se nutren de múltiples capas de aprendizaje, aprovechando por un lado la gran cantidad de datos que actualmente se pueden adquirir y por otro las capacidades de procesamiento actuales".

Como se puede comprobar, las empresas saben cómo aprovecharse de las vulnerabilidades del ser humano. FaceApp o EPIK- AI Photo Editor ofrecen usar su versión básica de manera gratuita, la que permite hacer el cambio de género o añadir algunas variaciones al aspecto, además, solo se debe subir una foto a la aplicación y aplicar las modificaciones correspondientes para poder ver un yo alternativo.

"Es la clave de éxito de estos modelos de negocio: brindarte algo supuestamente gratuito (nada es gratuito en esta vida) a cambio de datos", comenta Minoli. Muchas empresas se han dado cuenta que "hay un gran valor en disponer de una gran cantidad de datos y en su comercialización", dice el especialista en Data, que afirma que este tipo de empresas presentan 'market places de datos', donde los usuarios pueden comprar datasets, de acuerdo a sus necesidades. Consiguen obtener información real en masa a cambio de un servicio que no tiene coste para el usuario, y vender esa información de manera agregada -y anónima, claro-.

¿Qué dice el Reglamento General de Protección de Datos?

Sadia Afroz, investigadora de inteligencia artificial de Avast, informa que "la legalidad del uso de datos personales para entrenar modelos de aprendizaje automático puede variar en función de las leyes y normativas específicas de determinados países o regiones. En la Unión Europea, por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) regula el uso de los datos personales y exige que se recopilen y utilicen únicamente para fines específicos y lícitos.

Por otro lado, según el RGPD, las empresas deben obtener el consentimiento explícito de los usuarios antes de recopilar y utilizar sus datos personales, aunque desafortunadamente, la firma de seguridad matiza que "parece que los modelos de aprendizaje del lenguaje no cumplen con el RGPD, lo que podría convertirse en una importante barrera para su crecimiento en el futuro".

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