La Cruz de los Caídos y la Ley de la Memoria Histórica
Antonio González me pregunta si «aplicando la Ley de la Memoria Histórica, que el Congreso aprobó el 26 de diciembre de 2007, el monumento de la Cruz de los Caídos (entre los paseos de Gadea y Soto de Alicante) debe desaparecer, como evidente símbolo de la victoria del Ejército golpista de Francisco Franco», rogándome que compruebe «si el Ayuntamiento piensa mantenerlo o no».
Obra del arquitecto Miguel López en colaboración (obligatoria) con el artista republicano Miguel Abad Miró, el monumento, una desnuda cruz latina sobre un arco de medio punto, se edificó en 1939, con hormigón armado. Ahora, la citada Ley (52/2007) podría, en efecto, obligar a su derribo, ya que en sus artículos 15 y 16 instituye medidas que se sustentan «en el principio de evitar toda exaltación de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura», para que «los símbolos públicos sean ocasión de encuentro y no de enfrentamiento, ofensa o agravio». Por eso, las administraciones deben emprender «las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas» que ensalcen aquella sublevación.
Miguel Mauri, miembro de la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica, me explica que «el asunto es delicado» y que «la Cruz de los Caídos nunca ha sido cuestionada por la leyenda que le acompaña desde tiempos del alcalde (José Luis) Lassaletta, y que le resta su connotación franquista». Mauri se refiere a la sustitución, hace unos 20 años, del antiguo lema victorioso de Caídos por Dios y por España por el de A todos los hombres y mujeres que murieron por defender sus ideas, franquistas o republicanas, una solución light. Así, ya «no figura» entre las demandas de la Comisión, que en cambio sí persevera en «que desaparezca o se reconvierta» «el monumento falangista a los Caídos de la Vega Baja junto a la Ciudad de la Luz».
Javier Macho, concejal socialista (en la oposición), es «partidario del derribo, ya que el espíritu que impulsa la ley es muy claro y esa Cruz ensalza la guerra y el anterior régimen». No obstante, «y aunque debería de ser una actuación de oficio del Ayuntamiento para cumplir una ley del Parlamento español», Macho precisa que, «tras la placa que colocó Lassaletta, ya no es de un solo bando, sino de todos, por eso no hacemos hincapié en el tema y, si no se quita, no pasará nada». En la Conselleria de Cultura (y Patrimonio) me indicaron que «las cruces de los Caídos no tienen ningún tipo de protección» y no son de su competencia, precisando que aplicar la ley «corresponde a los ayuntamientos», pero la Concejalía de Cultura (que incluye la Oficina de Patrimonio) ni siquiera me contestó.
EVALUACIÓN DE LA RESPUESTA
Concejalía de Cultura: suspenso
Conselleria de Cultura: aprobado
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