Limpiar heridas con alcohol y otros errores comunes al curar

  • Esta sustancia no es la más indicada para desinfectar heridas y si escuece, no es porque estén curándose.
Imagen de desinfección de una herida.
Imagen de desinfección de una herida.
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Imagen de desinfección de una herida.

Durante el verano pasamos más tiempo al aire libre y participamos en más actividades susceptibles de hacernos sufrir alguna herida o algún percance que nos ponga en peligro. Pero a veces, las soluciones más habituales no son las más adecuadas. El diario El País ha recogido algunas de ellas.

Alcohol sobre heridas: es un error usar alcohol como desinfectante de las heridas. La mejor solución es la cristalmina, cuyo principio activo es el digluconato de clorhexidina. Es un antiséptico indicado para heridas y quemaduras leves. El alcohol, mejor para desinfectar material o lavarnos las manos si no hay agua o jabón. Cuando se usa alcohol sobre una herida, el escozor no significa que se esté curando, sino que los bordes de la herida están quemándose.

Palmadas con un atragantamiento: cuando una persona se atraganta con un trozo de comida o similar, dar golpes en la espalda no sirve de nada. Lo mejor es que la persona tosa, porque con el reflejo de la tos, el cuerpo extraño suele salir. Pero si la persona no puede toser, hay que mantener la calma y ejecutar la maniobra de Heimlich (y si hay más personas, que en vez de mirar llamen al 112): hay que inclinar hacia adelante al atragantado. Luego hay que alternar cinco golpes entre los omoplatos, en la espalda, y cinco compresiones abdominales. Para realizarlas se rodea a la víctima con los brazos y se coloca el puño de una mano con el pulgar hacia dentro, entre ombligo y esternón. Después, con la otra mano se agarra la muñeca y se comprime a la víctima bruscamente, hacia arriba, intercalando si se puede golpes en la espalda.

Con quemaduras, nada de remedios caseros: Remedios de la abuela como hielo, miel o pasta de dientes aplicados a quemaduras no dan resultado. Asimismo, es peligroso no hacer nada, porque la quemadura crece hacia fuera y hacia adentro. Así las cosas, lo recomendado es sumergir la zona afectada durante 15 o 20 minutos en agua fría. Así conseguimos reducir la inflamación, aliviar el dolor y expulsar el calor residual de la quemadura. Si hay ampollas no se deben reventar y se debe proteger la herida con gasas humedecidas y un vendaje no compresivo. Si no hay ampollas y no afecta a lugares sensibles (rostro, cuello o genitales), se puede recurrir a pomadas específicas. En otros casos, hay que acudir a un médico.

Azúcar con un golpe de calor: un clásico del verano español es golpe de calor. Las soluciones de ofrecer bebidas azucaradas, una ducha fría o situarse debajo del aire acondicionado están desaconsejadas, porque en los segundos casos el paciente puede sufrir un shock térmico. Lo que hay que hacer es quitarle la ropa y poner compresas frías con agua bajo las axilas, en la frente, la nuca y en las ingles. Si está consciente, que tome pequeños sorbos de agua o una bebida isotónica, comprada o casera (con agua, sal, bicarbonato y limón). Además, debemos medir la temperatura. Por debajo de 39º, es insolación. Por encima, golpe de calor. Si el cuerpo llega a 42 o 43º, se corre peligro de muerte.

Barro en picaduras: cuando nos pica un mosquito, no vale de nada el barro. Hay que lavar con agua y jabón, aplicar frío, agua fría o hielo con un paño, sin contacto directo, para que se reduzca la inflamación y el picor. Luego se puede recurrir a productos indicados para picaduras de insecto y vigilar para que la picadura no se extienda, un síntoma de que la persona afectada puede ser alérgica.

Posición de la cabeza con hemorragia nasal: Es muy frecuente el error de echar la cabeza hacia atrás cuando nos sangra la nariz, pero es peligroso, porque corremos el riesgo de inhalar sangre y obstruir las vías respiratorias. Hay que tener paciencia y esperar a que se coagule la sangre, lo que puede durar entre 5 y 10 minutos. Para parar el flujo hay que comprimir la zona que sangra, y en el caso de la nariz, echar la cabeza hacia adelante. Con una gasa y un poco de agua oxigenada podemos taponar el orificio nasal, dejando siempre la punta de la gasa visible para que se pueda sacar fácilmente. Si el que sufre la hemorragia es un paciente que está tomando anticoagulantes (como el famoso Sintrom), la hemorragia durará más y tendrá que acudir al hospital.

Los cortes de digestión no existen: Durante décadas, las madres han asustado a sus hijos con los cortes de digestión por bañarse tras comer. La cuestión es que no existen, aunque el proceso sí es real. Los cortes de digestión se producen cuando hay un cambio de temperatura que hace que la sangre se mueva bruscamente al interior del organismo para calentarlo. Al disminuir el fluido que llega al cerebro, podemos marearnos e incluso vomitar. De manera más infrecuente, se puede sufrir una parada cardíaca que, de producirse en el agua, puede acabar en ahogamiento. La relación con la digestión está en que este proceso produce calor. En todo caso, lo recomendable es evitar comidas copiosas y bañarse poco a poco.

La importancia de las intoxicaciones alimentarias: No se recomieda usar antidiarreicos o productos eméticos (que provocan el vómito). Lo importante es no minusvalorar la salmonelosis. Lo mejor, tomar una bebida isotónica y acudir al médico.

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