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Vargas Llosa, Pagazaurtundúa, Savater y Aramburu, contra aquellos que defienden a Josu Ternera

El antiguo líder de la banda terrorista ETA José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera'.
EUROPA PRESS

La eurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el filósofo Fernando Savater y el escritor Fernando Aramburu se han unido a otros once intelectuales en un artículo del periódico francés Le Figaro para reprobar  a aquellos que apoyan a Josu Ternera o blanquean a ETA y recordarles que, para defender al terrorista, "deben asumir también sus masacres".

Así han respondido a un artículo publicado en el diario francés Le Monde con el título 'Hay que respaldar a Josu Urrutikoetxea, artesano de la paz', firmado por el antiguo presidente del partido irlandés Sinn Fein Gerry Adams y el exmiembro del Congreso Nacional Africano Ronnie Kasrils.

En su artículo, Adams y Kasrils defienden la labor de Ternera al frente de ETA en las negociaciones por la paz y critican el trato que se le está dispensando actualmente al terrorista. Asimismo, apuntan que la banda "declaró unilateralmente el fin de la violencia" hace ocho años para recuperar "la paz".

Por ese motivo, hacen un llamamiento a Francia para que apoye "los esfuerzos de paz en el País Vasco" y "libere definitivamente" a Ternera.

Pagazaurtundúa, Vargas Llosa, Savater y Aramburu defienden, junto al resto de intelectuales firmantes de su artículo, que las "heridas están en carne viva" y que "las asociaciones de víctimas están activas". Asimismo, niegan que Josu Ternera sea un "líder generoso" en pos de la paz.

"Un ejército que abandona las armas sin haber conseguido nada está vencido. ETA perdió el apoyo minoritario del que disponía (...) Esta organización no decidió nada 'unilateralmente' como se lee demasiado a menudo. Fue aislada, vencida militar y políticamente", aseguran.

En este sentido, recuerdan que Josu Ternera fue el artífice de un atentado sangriento, el de la casa cuartel de Zaragoza, y que, si bien lideró las negociaciones para alcanzar la paz durante una época, se negó a presentarse ante la justicia.

"Pedir que se haga justicia no es atacar a un enfermo, como escriben los que solicitan su liberación antes de ser juzgado, sino ayudar a disipar las sombras de una larga pesadilla. Significa respetar a las víctimas de ETA y la lucha de la sociedad española por defender la democracia", concluyen.

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