Cómo hacer lentejas sin que se despellejen

Las lentejas apetecen todo el año. Es un plato sencillo, económico, muy completo y que, además, si hacemos en cantidad, podemos tener la comida solucionada para varios días. Incluso en verano pueden ser la base de una estupenda ensalada, si lo de comerlas calientes apetece menos.

Al cocinarlas, uno de los problemas más habituales es que se nos depellejen. Un clásico que, en realidad, tiene una solución bastante sencilla. O varias posibles soluciones, mejor dicho.

Es muy sencillo y, teniendo en cuenta esta lista de trucos, las lentejas ya no volverán a perder la piel. Solo tenemos que hacer las cosas despacio y con suavidad porque son frágiles y necesitan su tiempo (tampoco tanto) para que todo quede perfecto.

Puede dar pereza pensar en lentejas secas con lo práctico que resulta comprar un bote donde ya van cocidas. Pero, en realidad, las lentejas son mucho más fáciles de cocinar que el resto de legumbres, y no va a suponernos ningún esfuerzo extra. Si aun así no queremos comprarlas secas, lo aconsejable es comprarlas en algún sitio especializado donde las vendan a granel ya cocidas. La calidad suele ser muchísimo mejor que las de cualquier bote del supermercado.

Las lentejas no necesitan remojo previo y esto supone una ventaja sobre el resto de las legumbres. Hay algunas lentejas "rápidas" que podemos tener cocidas en 40 minutos, y las normales, que no lo son, pero que igualmente quedarán perfectas con 1 o 2 de horas cocinándose en la olla.

Aunque no sea necesario dejarlas en remojo, sí es importante lavarlas a conciencia antes de utilizarlas, especialmente si las hemos comprado secas a granel, ya que tendrán polvo y restos de la recolección. Antiguamente se pasaban un buen rato separando piedrecitas de las lentejas. Esto ya no pasa pero el lavado previo sigue siendo aconsejable.

Hay muchos tipos de lentejas. Como pasa con todos los ingredientes, la calidad es importante así que unas buenas lentejas, aunque nos cuesten un poco más, marcarán la diferencia con el resto. Si elegimos una variedad pequeña, como las pardinas, tardarán menos en cocerse y tendremos más posibilidades de que queden perfectas.

Podemos remover un poco mientras las lentejas estén duras y siempre usando una cuchara de madera. Cuando el agua ya esté hirviendo y las lentejas empiecen a ablandarse ya no las tenemos que remover más. Las lentejas son delicadas y removerlas es la causa principal de que empiecen a despellejarse. Si es necesario remover, lo mejor es darle una sacudida a la cazuela agarrándola por las asas.

Y como suele pasar con los guisos, a fuego lento todo sale mejor. Las lentejas empiezan a cocinarse en frío cuando echamos el agua o caldo, y a fuego bajo van aumentando de temperatura. Si aceleramos el proceso de cocción subiendo el fuego, lo único que conseguiremos será que las lentejas suelten la piel y es muy probable que queden pastosas. Como decimos, unas necesitarán más tiempo que otras pero, en general, estarán cocidas en una hora, así que mejor tener paciencia y hacerlo bien.

Es importante calcular bien la cantidad de agua que necesitamos al principio. Cubriendo con 3-4 centímetros de agua las lentejas y el resto de ingredientes será suficiente. Si una vez cocidas vemos que nos hemos quedado cortos y añadimos más agua fría, el contraste puede hacer que suelten la piel.