Un restaurante adormece a las langostas con marihuana antes de cocerlas para que mueran más felices

Cocinando una langosta.
Cocinando una langosta.
GTRES
Cocinando una langosta.

Desde que Suiza prohibió a princpio de este año cocer las langostas y otros mariscos vivos, parece que la búsqueda de métodos alternativos para cocinar marisco sin que sufra -sobre la capacidad de su sistema nervioso para sentir dolor también hay un largo debate desde hace años- y sin afectar al sabor ha dado con métodos de lo más exóticos.

Y es que en un reputado restaurante de Maine (Estados Unidos) especializado precisamente en langostas apuestan por un sistema muy peculiar para adormecerlas antes de cocinarlas: rociarlas con humo de marihuana.

Según explica a Eater el responsable del experimento, por ahora sólo se ha probado con una sola langosta, pero el resultado fue excelente: tras estar en agua inhalando humo de marihuana, la langosta en cuestión volvió mucho más relajada a su tanque -explican- y ni siquiera hizo falta atar sus tenazas porque durante las semanas siguientes no intentó atacar a ninguna de sus compañeras de piscina.

¿Significa eso que la langosta está más feliz y tendrá una muerte más dulce? Así lo aseguran desde este restaurante en el que están dispuestos a aplicar este proceso de sedación a partir del año que viene a todos los ejemplares antes de cocinarlos. Es un método mucho más humano -defienden- que electrocutarlas como sugería la normativa suiza.

En cualquier caso, por ahora la norma no ha llegado a Estados Unidos y lo cierto es que costaría mucho implantarla en una zoma como esta donde la gastronomía alrededor de este producto mueve mucho dinero.

Pero no sólo se trata de un gesto de humanidad hacia estos animales sino que, si hacemos caso a las explicaciones del responsable del restaurante, este tratamiento también afecta de forma muy positiva al sabor de la langosta, que muere menos estresada.

¿Realmente se pondrá en práctica este sistema o se trata sólo -como alertan algunos medios- de un truco para conseguir titulares como ya ha hecho en anteriores ocasiones este establecimiento? En cualquier caso, si alguien estaba ya planeando una excursión a Maine para disfrutar de una mariscada liérgica, que olvide la idea porque, tal y como explica este ingenioso cocinero, el THC de la marihuna desaparece a la temperatura a la que se cocina, con lo que no hay ninguna posibilidad de que llegue a los consumidores.

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