
Un clásico que, desgraciadamente, todavía se repite en muchos restaurantes: la carta de vinos suele ir a manos del hombre de la mesa, y se da por hecho que será también él quien se ocupe de catarlo y dar el visto bueno.
Por si hacía falta algún motivo más allá del sentido común para acabar con estos tics machistas, un reciente estudio acaba de poner sobre la mesa un argumento de peso: las mujeres son mejores catadoras que los hombres.
Es una de las conclusiones del informe publicado po la revista científica Food Quality and Preference a partir del estudio realizado en la Universidad Politécnica de Madrid. Una muestra de 208 personas cataron a ciegas media docena de vinos -tintos, blancos y rosados- y los resultados dejan poco margen a las dudas: ellas son claramente mejores a la hora de distinguir cada uno de ellos.
Pese a este mejor paladar para la cata, los hombres se imponen cuando se trata de medir la reacción emocional al vino, aunque luego flaquean a la hora de saber exactamente qué es eso que están bebiendo.
Más allá del tema del género, el estudio también revela otro dato curioso: las personas mayores parecen ser menos exigentes con los vinos o, al menos, disfrutan más con todos, sin ponerse tan quisquillosos como los catadores más jóvenes.
En cualquier caso, parece claro que, en la próxima cena, mejor que sea ella la que cate el vino.
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