El cibercrimen cuesta al menos 400.000 millones de euros al año

  • Es una de las vertientes criminales con mayor crecimieto, por encima de la venta de drogas.
  • El 75% de estos ataques tienen una motivación económica.
Un ingeniero revisa un mapa en directo con las posibles amenazas de un ciberataque global, en su oficina en Estambul, Turquía.
Un ingeniero revisa un mapa en directo con las posibles amenazas de un ciberataque global, en su oficina en Estambul, Turquía.
Erdem Sahin / EFE
Un ingeniero revisa un mapa en directo con las posibles amenazas de un ciberataque global, en su oficina en Estambul, Turquía.

El cibercrimen cuesta al año al menos 400.000 millones de euros, según estimaciones de expertos, y es una de las vertientes criminales con mayor crecimiento interanual, por encima de la venta de drogas, según Adolfo Hernández, miembro fundador del Thiber, centro de reflexión de referencia en lengua castellana en materia de seguridad y defensa en el ciberespacio.

"Nadie posee la visión global del problema", asegura, aunque advierte que se calcula, en una aproximación, que tres cuartas partes de las acciones ilegítimas en el ciberespacio se relacionan con alguna variante del cibercrimen. Es decir, con una motivación económica.

El 25 por ciento restante de dichos ciberataques Hernández, que esta semana ha participado en la jornada ISMS Forum Spain sobre ciberseguridad, los relaciona con ciberespionaje, ejecutado en muchas ocasiones por actores estatales. Sin embargo, también pueden ser otras motivaciones como pueden ser las reclamaciones sociales (como los relacionados con Anonymous), de índole religiosa o terroristas.

Algunos informes elevan hasta 500.000 millones de euros el coste anual del cibercrimen para las empresas, el equivalente al 0,8 % del PIB mundial, según Hernández.

"Se trata de un negocio muy rentable que requiere de relativos pocos recursos, adolece de regulación internacional en internet y los cibercriminales se aprovechan de las herramientas y ventajas de la red para extenderse sin dejar huellas", explica el experto.

Esta industria como servicio es muy rentable teniendo en cuenta su crecimiento, con miles de clientes en todo el mundo que compran herramientas para cometer delitos, de los cuales muchos son empresas. "Es tan punible el que vende el servicio como el que lo contrata y lo consume", asegura el experto.

El objetivo para combatirlo "no es únicamente criminalizar al vendedor, que también, sino entender el modelo de negocio; entender quién lo hace, cómo vende, cómo factura, cómo presta el servicio, quién es el comprador", incide.

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