España renquea ante Europa en salario mínimo... y en el reparto de ingresos para el trabajador

Piense en el PIB como si fuera una caja vacía. Para conocer la actividad de un país puede calcular lo que sale de ella (mediría gastos) o lo que entra; en este caso, mediría el ingreso nacional, es decir, lo que ganan los residentes en un año.Estos ingresos tienen dos sentidos: retribuir al capital o retribuir a la mano de obra.

Pues bien, según el Informe Mundial de Salarios publicado este jueves por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante los peores años de la crisis, en España se redujo el porcentaje de ingresos del PIB que se quedaban los asalariados... a costa de retribuir más al capital.

"Los trabajadores hemos perdido parte de la tarta, con independencia de que el empresario decida después quedarse ese ingreso como beneficio o reinvertirlo en la empresa", explica a 20minutos Luis Zarapuz, economista de CC OO. "La reducción de la cuota de ingresos de los trabajadores ha sido global, pero superior en los países más afectados por la crisis y por la austeridad y moderación salarial, como Grecia, Irlanda, Portugal y España", explica la agencia de la ONU en su informe bienal sobre salarios.

En porcentaje de PIB, los salarios de España perdieron más de un 3% de su peso en los ingresos del país desde 2010 hasta 2015, el lustro en el que el Gobierno de Rajoy aplicó en el país las grandes medidas de recorte de gasto y subida de impuestos. La importancia de los salarios, sin embargo, creció en otros países vecinos como Francia, Alemania, Holanda, Bélgica o los países nórdicos.

Que caiga el peso de los ingresos para los trabajadores, según la OIT, puede deberse a otra causa: que creciese la productividad del trabajo. "Eso también pasó en la crisis, pero se debió a que la producción se redujo menos que el número de empleos. Los que conservaban el empleo, trabajaban más", dice Zarapuz.

El organismo laboral se muestra expectante ante los efectos positivos que puede aportar a la recuperación del peso salarial, algunas medidas como la implantación de salarios mínimos en países que no lo tenían antes (como Alemania) o la subida de esta referencia en otros lugares como Estados Unidos... o incluso en España. "Es una forma de apoyar a los trabajadores y trabajadores pobres", estima esta agencia de la ONU, cuya misión es reunir a gobiernos, empleadores y trabajadores para formular políticas y programas promoviendo el "trabajo decente".

Precisamente este jueves el Congreso ha aprobado la subida del SMI para el próximo año desde los 655,2 euros en 14 pagas anuales hasta los 707,2 euros. Es decir, 52,4 más por cada nómina. La subida fue pactada hace dos semanas entre el Gobierno y el Partido Socialista como parte de un acuerdo múltiple que incluía aprobar el techo de gasto, permitir una mayor manga ancha con el déficit autonómico y subir los impuestos sin tocar IRPF ni IVA.

Fuente: Elaboración propia.

Es una subida acusada. Se eleva a un 8% y supone la mayor revisión anual del salario mínimo en los últimos 30 años. Pero a pesar de ello, el SMI español sigue muy por detrás del disfrutado en los principales países de la UE, como Francia (1.467 euros al mes en 12 pagas), Alemania (1.473), Bélgica (1.502), Países Bajos (1.508) o Reino Unido (1.529).

"Esta subida ni es suficiente ni es digna", criticó durante el trámite parlamentario la diputada de En Comú Podem, Aina Vidal. Su partido presentó el mes pasado una proposición en el Parlamento que pedía subir el SMI a 800 euros y avanzar durante la legislatura a un salario mínimo que alcanzase el 60% de la renta media neta como recomienda la Carta Social Europea. Es decir, unos 1.000 euros. Según la OIT, no alcanzaría ni el 50%: el salario medio anual en España es de 22.850 euros.

La cifra, de hecho, aún estaría lejos del estándar de los países vecinos, pero cumpliría el rango recomendado. El PSOE apoyó aquella propuesta de Podemos. Y los sindicatos —que salen a la calle para protestar desde este jueves hasta el domingo— también. Pero los socialistas prefirieron cerrar un acuerdo con los populares por una cantidad inferior, esos 707 euros. "Es la primera medida socialdemócrata, la primera medida positiva en cinco años", ha defendido el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando.

"Fijar el salario mínimo en un nivel adecuado puede aumentar los ingresos de los trabajadores mal remunerados sin que tenga efectos negativos significativos sobre los puestos de trabajo", asegura la OIT, que defiende asimismo la negociación colectiva —y no la individual en cada empresa que impuso en 2012 la reforma laboral de Rajoy. "Cuando la negociación es nacional o sectorial, queda cubierta una gran proporción de trabajadores, mientras que si se limita a la esfera del lugar de trabajo, el efecto se reduce al interior de esas empresas.

Las más perjudicadas, según la organización, serían las mujeres. La diferencia entre los sueldos de uno y otro sexo en Europa ronda el 20%. Y aunque muchos de los puestos peor remunerados los ocupan ellas —las mujeres europeas ocupan el 60% de estos puestos— curiosamente la brecha se amplía al 45% en el 1% superior de la escala salarial.

La organización concluye finalmente que el crecimiento de los salarios reales en el mundo se ha desacelerado —crecía un 2,5% en 2010 y a finales del año pasado 1,7%— y que persiste una "desigualdad salarial que preocupa cada vez más". En Europa, por ejemplo, el 10% de asalariados han registrado "una aumento drástico" de su remuneración respecto al resto: su masa salarial equivale a la percibida por el 50% peor pagado.

"El estancamiento salarial y el continuo descenso de la participación salarial en los ingresos pueden acarrear consecuencias sociales y económicas", alerta la OIT. "La desconexión entre el crecimiento económico y salarios provoca que las familias trabajadoras sientan que no reciben una proporción justa de los frutos del progreso económico... y ello alimenta su frustración".

Entre las medidas que propone la OIT, aparte de la elevación del salario mínimo y dar preponderancia a la negociación colectiva, está una imposición más intensa, actuar contra el fraude fiscal y ofrecer desgravaciones a hogares con bajos ingresos para restablecer la progresividad de los sistemas fiscales que "en los últimos años se han vuelto menos progresivos".