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Zougam: "soy comerciante y no se nada del 11-M"

Jamal Zougam
EFE
Según la Fiscalía Jamal Zougam tuvo relación con varios imputados porsu pertenencia a la red española de Al Qaeda antes de ser detenido enmarzo de 2004 por su implicación directa en los atentados del 11-M.

De los 24 imputados, el juez ha dejado
en libertad a cinco de ellos.El tribunal ha determinado que el riesgo de fuga por el que fueronencarclados ha "disminuido considerablemente". Deben entregar supasaporte y comparecer cada día en un juzgado. Tienen prohibido salirdel país.

Zougam ha declarado esta mañana que
"trabajé como comerciante hastaque el 13 de marzo vinieron a mi tienda a detenerme sin saber nada".
Zougam regentaba el locutorio Nuevo Sigloen el madrileño barrio de Lavapiés, del que eran socios su hermanastroMohamed Chaoui y Mohamed Bakali. Todo apunta a que en el local sevendieron los móviles que hicieron estallar las bombas de los trenes.

Esta mañana, Jamal Zougam ha llegado el último a la Casa de Campo deMadrid, donde
se celebra el macrojuicio. Antes llegó Pilar Manjón,presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, abrazadaa otros familiares de víctimas de la masacre.

Zougam fue uno de los primeros detenidos tras los atentados del 11 de marzo. Está acusado de
integración en organización terrorista islamista, 191 asesinatos consumados y 1.400 tentativas de asesinato, así como cuatro delitos de estragos terroristas y sustracción de vehículo.

Además,
varios testigos afirman haberle visto en los vagonesla mañana del 11-M y se hallaron sus huellas en la furgoneta queencontró la Policía junto a la estación de cercanías de Alcalá deHenares y en la casa de Morata de Tajuña donde se prepararon lasmochilas.
Relación con Abu Dahdah

El fiscal pidió la comparecencia como testigo de Jamal Zougam para preguntarle sobre
su relación con el presunto líder de la célula de Bin Laden en España, Abu Dahdah.El sirio Dahdah, para quien se pide 62.512 años de cárcel,
negó en suinterrogatorio haber mantenido una relación personal con Zougam yestimó además que éste no era un "musulmán practicante" porque le "veíacon chicas".

Recordó que le conocía porque el marroquí abrió una tienda dealimentación en la calle Tribulete de Madrid y empezó a suministrarle mercancías, como calabacines odátiles. Sin embargo, la relación no pasó, según dijo, de los saludos ysonrisas propias de verse en la misma zona.

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