La crisis hace que comamos peor: disminuyen las frutas y las verduras de la cesta de la compra

  • El cambio de pautas alimenticias aboca a la malnutrición a los menores de 2 años.
  • Pasan a sufrir la “llamada hambre oculta", que puede condicionar su desarrollo posterior y que también es responsable de la obesidad infantil.
  • Desnutrición y obesidad pueden convivir en el mismo país y en la misma casa.
Un agricultor reparte melocotones durante la concentración que representantes de organizaciones y sindicatos agrarios aragoneses han realizado en la Plaza del Pilar de Zaragoza.
Un agricultor reparte melocotones durante la concentración que representantes de organizaciones y sindicatos agrarios aragoneses han realizado en la Plaza del Pilar de Zaragoza.
EFE
Un agricultor reparte melocotones durante la concentración que representantes de organizaciones y sindicatos agrarios aragoneses han realizado en la Plaza del Pilar de Zaragoza.

La crisis económica ha hecho que comamos peor. En los países desarrollados la crisis ha provocado que frutas y vegetales disminuyan o desaparezcan de una cesta de la compra en la que los alimentos más baratos, y con menos nutrientes, son ahora los protagonistas.

Lo ha asegurado el experto en nutrición de la Universidad de Hohenheim (Alemania), Hans Kinrad Biesalski, en la segunda jornada del Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria. Este cambio de pautas alimenticias aboca a la malnutrición a los niños de menos de dos años.

Biesalski afirma que se deja de suministrar la dieta que necesitan, con lo que pasan a sufrir lo que denomina "hambre oculta", que puede condicionar en gran medida su desarrollo posterior y que también es responsable de la obesidad infantil. En Europa no hay estudios exhaustivos sobre el "hambre oculta", sino encuestas, como una que ha hecho en Cataluña, lo que el especialista ha achacado a que "es muy difícil creer que frente a tal abundancia de producción de alimentos, las familias puedan tener dificultades".

Por otra parte, este experto en nutrición de la Universidad de Hohenheim ha informado de que, según un estudio elaborado en ese país, el 60% de los ancianos que viven en asilos sufren desnutrición, no porque pasen hambre, sino porque, al tener menos apetito, no ingieren los nutrientes que necesitan.

La idea de que frutas y vegetales son sustituidos por alimentos peores la confirma Benjamín Caballero, profesor de salud internacional en la Facultad de Salud Pública Bloomberg y profesor de pediatría de la Facultad de Medicina, ambas de la Universidad Johns Hopkins (EE UU), que se refiere a la penetración de los "alimentos chatarra" en casi todos los países del mundo como uno de los efectos de la globalización de la producción.

Esto ha llevado a incorporar calorías baratas con no mucho valor nutricional en casi todos los países del mundo, sin que muchos de ellos hayan solucionado aún sus problemas de deficiencias nutricionales. Esta "situación dual", que se da en regiones con pobreza y subnutrición y en centros urbanos, con sobrepeso, se ha hecho extensible a los hogares, donde puede coexistir subnutrición en niños de hasta cinco años con sobrenutrición en adultos.

Caballero ha considerado que, ante la dificultad de que los niños se autorregulen y de que las compañías vendan menos su producto, es factible establecer, sobre todo en países en vías de desarrollo, algún tipo de regulación que penalice la comercialización de bebidas gaseosas azucaradas en las escuelas, como fórmula para combatir el sobrepeso infantil. Como ejemplo, México, que desde enero grava las bebidas gaseosas y donde también se ha establecido un impuesto del 8% a la comida chatarra, estrategias que también se aplican en Chile, Uruguay, Ecuador o Brasil.

La directora de Salud Pública y Medioambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, ha alertado de que la desnutrición y la obesidad conviven con frecuencia en el mismo país y, a veces, hasta en la misma casa. La OMS aboga por incluir la malnutrición entre los objetivos de desarrollo sostenible que la ONU aprobará en 2015.

Neira ha llamado la atención sobre el hecho de que en los países ricos cada año se tiran o se consumen de forma innecesaria miles de millones de toneladas de alimentos, es decir, se desperdician porque no existe una gestión coordinada y estratégica de la producción lo que, a su juicio, contribuiría a resolver los problemas de malnutrición.

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