Ciencia

Misteriosa desaparición de los géiseres en la luna Europa

Columnas de vapor de agua en la luna Europa de Júpiter, captadas por el Hubble en diciembre de 2013
NASA

Lasgrandes columnas de vapor de agua que emergían de la helada superficie de la luna Europa de Júpiter parecen haber desaparecido, y los científicos no están seguros de cuál es el motivo.

En diciembre de 2013, investigadores descubrieron con el Telescopio Espacial Hubble evidencias de erupciones de géiseres en la región polar sur de Europa.

El descubrimiento provocó un gran entusiasmo entre los científicos espaciales, ya que sugiere que una sonda de sobrevuelo robótico podría ser capaz de estudiar el océano de agua líquida bajo la superficie de Europa sin tener que aterrizar.

Sin embargo, las observaciones de seguimiento del Hubble en enero y febrero de este año no mostraron signos de las 'plumas' de vapor de agua, que se estima alcanzaron una altura de 200 kilómetros.

Es posible que los penachos de Europa sólo sean visibles para los instrumentos del Hubble en determinados momentos. "Podría ser sólo la forma en que usamos las emisiones aurorales que proceden de las plumas en longitudes de onda ultravioleta de la luz que utilizamos con el Hubble", dijo a Space.com Kurt Retherford, del Southwest Research Institute en San Antonio e investigador en la materia.

"Estas cosas dependen del ambiente de plasma de Júpiter", añadió Retherford. "Tal vez no eran más que un montón de partículas, átomos, excitados por electrones e iones en la atmósfera de Europa, más que en otras ocasiones, y sólo iluminaron las 'plumas' más de lo habitual". Además, las plumas pueden a veces ser simplemente demasiado pequeñas para ser vistas, dijo Retherford.

Otra posibilidad es que no existan los géiseres, y que la detección por el Hubble, que se basó principalmente en las observaciones del telescopio respondieran a una mala interpretación de algún tipo. Pero Retherford destacó que esto es poco probable. "La mejor explicación sigue siendo que hubo plumas para ese conjunto de datos, no hay duda al respecto", dijo.

Retherford y sus colegas van a buscar penachos de nuevo pronto. Enfocaron el Hubble en Europa de noviembre a abril, en un intento más amplio para confirmar la existencia de los géiseres de vapor de agua y caracterizar su comportamiento.

Signos de movimiento de placas aumentan la posibilidad de vida

Por otro lado Europa, también ha sido noticia por la posibilidad de que pueda albergar placas gigantes de hielo en su corteza, al igual que las placas tectónicas de la Tierra.

Segúnun artículo publicado en Nature Geoscience, esta actividad geológica apunta a que la superificie estaría conectada al océano que se extiende por el subsuelo, lo que supone una vía de comunicación para sales, minerales e, incluso, microbios entre el óceano y la superficie y viceversa.

Simon Kattenhorn, geólogo previamente en la Universidad de Idaho en Moscow, y Louise Prockter, científica planetaria del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Laurel, Maryland, hicieron el descubrimiento a través de imágenes de la nave espacial Galileo de la NASA, que orbitó Júpiter desde 1995 a 2003. La mayoría de sus imágenes de Europa son bastante borrosa, pero Kattenhorn y Prockter escudriñaron una de las pocas regiones de la luna de las que existen imágenes de alta resolución.

Trataron a las imágenes como si fueran piezas de un rompecabezas geológico gigante,con crestas y bandas y otras características que se han dividido y separados por los movimientos de la corteza, y trataron de rastrear cómo la superficie de Europa se había transformado con el tiempo.

"Cuando pusimos todas las piezas juntas de nuevo, había un gran agujero en la reconstrucción, una especie de espacio en blanco", dice Kattenhorn. La parte que falta, concluyen, debe haber sido de alguna manera succionada hacia abajo en el interior del satélite joviano.

Kattenhorn y Prockter proponen como explicación un sistema de placas tectónicas que implica un caparazón de hielo de pocos kilómetros de espesor que resbala sobre otro de hielo más fluido. Cuando una placa choca con otra y comienza a profundizar se funde y se incorpora en el hielo subyacente.

Pero sin imágenes de alta resolución de más áreas, los investigadores no pueden decir si esta subducción también podría estar ocurriendo en otros lugares. Si resulta ser común, podría significar que Europa podría albergar un ciclo de compuestos amigables para la vida entre la superficie y la profundidad, y que aumenta considerablemente la posibilidad de que su océano es habitable, dice Michael Bland, un científico planetario

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