La alimentación puede marcar la diferencia en el rendimiento de un jugador del Mundial de Brasil

  • Puede superar márgenes del 40% en su depósito de combustible muscular.
  • La energía procede fundamentalmente de los hidratos de carbono, mucho menos de las grasas y en muy escasa medida de las proteínas.
  • Su alimentación debe ser rica en arroz, pasta y patatas, seguido de hortalizas, frutas, verduras, pescado y carnes, tanto blancas como rojas.
Imagen del comedor-cafetería del centro deportivo Cajú, en Curitiba.
Imagen del comedor-cafetería del centro deportivo Cajú, en Curitiba.
EFE
Imagen del comedor-cafetería del centro deportivo Cajú, en Curitiba.

La Copa del Mundo de Fútbol comienza este jueves en Brasil. Que la Roja haga un buen Mundial dependerá de muchos factores: de su estado de forma, de su adaptación a la temperatura y humedad de las ciudades brasileñas, de los rivales, de la suerte y también de la alimentación. El modo en que se alimenten puede marcar la diferencia en su rendimiento.

Según Antonio Escribano, responsable de la Unidad de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Antonio Escribano, los futbolistas de élite deben cuidar lo que comen todos los días de la semana si luego quieren rendir de forma óptima durante un partido. “Las diferencias en el rendimiento entre futbolistas bien y mal alimentados son mucho más importantes de lo imaginable”, asegura.

De hecho, Escribano defiende que la alimentación debe estar "estratégica y tácticamente diseñada" ya que puede marcar una diferencia en el rendimiento del jugador que "puede superar márgenes de más del 40% en sus depósitos de combustible muscular".

Alta demanda de energía en cuestión de décimas

Las distancias recorridas varían entre 10 y 14 kilómetros, según el puesto que se ocupe en el equipo. Además, se realizan frecuentes saltos y carreras de mayor o menor longitud y con mayor o menor continuidad, pero desarrollando una alta intensidad. "Todo ello propicia variaciones en la demanda energética muy altas en cuestión de décimas de segundo que, para poder desarrollarse exigen que la presencia, disponibilidad y utilización del combustible adecuado por parte del músculo, sin olvidar el cerebro, sea esencial", asevera el experto.

Las células que componen el tejido muscular traducen la energía química procedente de los alimentos en energía mecánica que se expresa en el movimiento. Esta energía procede fundamentalmente de los hidratos de carbono, mucho menos de las grasas y en muy escasa medida de las proteínas.

Esto hace que la alimentación de estos deportistas deba ser rica en arroz, pasta y patatas en primer lugar, seguido de hortalizas, frutas, verduras, pescado y carnes tanto blancas como rojas y algún otro alimento complementario. Queda prohibido el consumo de alcohol, y muy limitado el de grasas saturadas, embutidos, dulces y todo tipo de bollería ya que "no aportan nada aprovechable desde le punto de vista del rendimiento nutricional deportivo para el profesional del fútbol".

Es fundamental también que el futbolista esté perfectamente hidratado, tanto en los entrenamientos como durante el partido. "Durante los entrenamientos, el deportista debe beber frecuentemente, de forma aproximada cada 20 minutos y entre 20 y 30 centilitros de agua. Es muy importante que el jugador no tenga nunca sensación de sed y que una vez acabado, tanto el entrenamiento como el partido, reponga la cantidad de líquido perdida", apunta.

El diseño alimentario concreto para cada futbolista ha de ser ajustado de forma individual y su importancia no solamente está limitada al mantenimiento del peso, que ya de por sí es trascendental, sino que es determinante en el rendimiento, recuperación después del esfuerzo, prevención y curación de lesiones.

Además, la estrategia alimentaria global para todo un equipo, lo que también podría ser entendido como una especie de táctica alimentaria y nutricional, debe desarrollarse desde la pretemporada hasta el final de la competición, analizando los entrenamientos, cada partido y postpartido concretos, teniendo en cuenta horarios, partidos previos de cada futbolista, condiciones ambientales, viajes, descansos, etcétera, y debe abarcar hasta los más mínimos detalles, incluso los relacionados con la forma y tecnología usada en la preparación de los alimentos", indica este experto.

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