Beneficios y riesgos de los suplementos proteínicos

  • La mayoría de los deportistas, especialmente los no profesionales, desconocen la utilidad y los efectos de los suplementos proteínicos.
  • Su mayor defecto no es la composición sino sus “elementos contaminados”.
  • Un exceso de músculo puede provocar hipertrofia e hiperplástia de las células.
  • Tantas proteínas pueden causar problemas cardiovasculares, renales y óseos.
Un participante exhibe sus músculos en el escenario de un concurso de fisiculturismo de árabes e israelíes que se realiza en Netanya, Israel.
Un participante exhibe sus músculos en el escenario de un concurso de fisiculturismo de árabes e israelíes que se realiza en Netanya, Israel.
Abir Sultan / EFE
Un participante exhibe sus músculos en el escenario de un concurso de fisiculturismo de árabes e israelíes que se realiza en Netanya, Israel.

A quien no suele acudir a un gimnasio, especialmente los dedicados a la musculación, le sorprende ver esos estantes repletos de grandes botes de color negro y brillantes etiquetas, los mismos botes que se ven en las tiendas de dietética para culturistas. Parecen esconder algún secreto, pero sólo contienen suplementos proteínicos.

Entre los deportistas, las proteínas siempre han estado muy mitificadas, especialmente en aquellos interesados en aumentar su masa muscular. La mayoría de estos proteínicos artificiales tienen un formato de comprimido unitario, pero también existen proteínicos líquidos como los batidos. Pero lo que la mayoría desconoce es que la eficacia de algunos suplementos es cuestionada por los especialistas.

¿Beneficiosos o perjudiciales?

“Las proteínas sirven para generar tejidos”, explica la doctora Pilar Martín Vaquero, especialista en endocrinología y nutrición. En muchos casos los deportistas acompañan la ingesta de sustitutivos proteínicos con testosterona. Dicha combinación “favorece el crecimiento de la masa muscular, e incluso puede provocar la disminución de la la grasa (el tejido adiposo) a expensas de un crecimiento anómalo”. Puede provocar una hipertrofia y una hiperplástia de las células musculares, asegura esta especialista.

Según el doctor Francisco Miguel Tobal, médico especialista en medicina de la educación física y el deporte en la Universidad Complutense de Madrid, los suplementos proteínicos “son beneficiosos siempre que sirvan para mejorar el rendimiento deportivo y no dañen la salud”.

La doctora Natalia Úbeda, nutricionista clínica, recomienda no consumir suplementación artificial ya que “la aportación de proteínicos naturales, como por ejemplo la pechuga de pollo, ya proporciona las proteínas necesarias”

El prótido más utilizado por los deportistas es la proteína Whey. Se trata de una proteína completa, extraída del suero de la leche, que cuenta con una capacidad de absorción muy buena, por esta razón lleva años “ganando el premio a la mejor proteína consumida como suplemento en el ámbito deportivo”, señala el doctor Tobal.

Dentro de la proteína completa, otro producto que se consume a menudo son los aminoácidos ramificados, aquellos que forman mayoritariamente la proteína de origen muscular y que se utilizan mucho para la recuperación de la masa muscular o la formación de músculo, explica el experto.

La mayor contrariedad no es la composición química. Algunos complementos pueden contener “elementos contaminados”. El doctor Tobal explica que la mayoría de los sustitutivos “están compuestos de un 85% de proteínas, pero también de otros componentes como las vitaminas o los aminoácidos”.

El problema llega cuando a estos constituyentes se le agrega alguna sustancia dopante como por ejemplo la fibrina: a esto se le denomina “positivo por suplemento contaminado”. La fibrina “provoca un efecto de estimulación del sistema nervioso central”, concluye.

Los riesgos existen

Un excesivo consumo de proteínas puede acarrear serios problemas cardiovasculares, renales y óseos. Según el doctor Tobal, el consumo desmesurado puede provocar  insuficiencia renal; esto se debe a “la malfiltración de las bases nitrogenadas que se depositan en la papila renal” pero, además, cuando las proteínas son de origen animal “el problema es el aumento del ácido úrico y de la urea”.

La doctora Martín Vaquero explica que el exceso de proteínas supone una “sobrecarga para el riñón” y esto va a generar arterioesclerosis, que termina produciendo daño en los vasos sanguíneos debido a la sobrecarga renal y finalmente termina produciendo hipertensión que puede provocar infartos agudos de miocardio.

Muchos deportistas de alta competición que han consumido complementos proteícos “sufren problemas cardiacos importantes entre los 50 y los 60 años y en muchas ocasiones mueren por este tipo de patologías” derivadas del exceso de prótidos, añade esta doctora.

En otras ocasiones, señala el doctor Tobal, también pueden producirse alteraciones en la matriz proteica del hueso, por lo que “en vez de depositar el calcio en el hueso, se produce la acción contraria, la elimina” y debido a ello se produce una “descalcificación en los huesos”.

La doctora Úbeda explica que la suplementación excesiva “puede llegar a deshidratar” ya que los productos resultantes del metabolismo “se eliminan con bastante más agua de la que bebemos normalmente”.

Estos productos deben estar prescritos por expertos sanitarios o nutricionistas. Tobal reconoce que existe gran inconsciencia acerca de estos sustitutivos porque “en muchos de los casos están prescriton por amigos, monitores, personal training” y señala que “los últimos en ser consultados son los nutricionistas”.

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