Más de 50 científicos de 13 países que han participado en el proyecto de investigación Amphora, financiado por la Comisión Europea y coordinado por el Hospital Clínic de Barcelona, han exigido la prohibición total de la publicidad de las bebidas alcohólicas y han reclamado que éstas incluyan etiquetas en las que se advierta de sus riesgos para la salud.
El jefe de la Unidad de Adicciones del hospital, Antoni Gual, ha destacado este martes en Barcelona, antes de su presentación, el miércoles en el Parlamento Europeo, que el estudio concluye que los europeos de más de 15 años beben al día una media de 27 gramos de alcohol. Esto equivale a tres consumiciones de baja graduación, el doble de la media mundial y más de 600 veces el nivel de exposición máxima recomendado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria para algunos carcinógenos tóxicos, como el etanol, presente en el alcohol.
De esta forma, según la investigación, en Europa mueren cada año cerca de 138.000 personas, de entre 15 y 64 años, por causas relacionadas con alcohol, que también tienen que ver con más de 200 enfermedades, como la cirrosis y distintos tipos de cáncer, además de aumentar el riesgo de sufrir accidentes y tener actitudes violentas.
Por ello, Gual ha reclamado que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas especifiquen los gramos de alcohol que contienen y no el porcentaje de alcohol, como hasta ahora, además de los riesgos para la salud que entraña su consumo, como ya ocurre con las cajetillas de tabaco.
Por otro lado, del estudio, realizado durante 13 meses a más de 6.600 estudiantes de Alemania, Holanda, Italia y Polonia, también se deduce que los jóvenes de entre 14 y 16 años consumen más alcohol al cabo de un año y medio se han estado expuestos a publicidad online y patrocinios de eventos deportivos de bebidas alcohólicas, por lo que el Gual considera que "no es ético que se haga promoción".
Otra de las recomendaciones del estudio es aumentar el número de personas alcohólicas que se someten a tratamientos para superar la adicción, ya que solo tienen acceso a estas terapias entre el 4 y el 23% de los enfermos, dependiendo del país. Esto se debe, ha explicado Gual, que "hay personas que no quieren someterse a estos tratamientos porque tener problemas con el alcohol estigmatiza", ya que la sociedad considera que el alcohol es bueno y el adicto es "débil".
Por último, los científicos han pedido en un manifiesto que se aumente el precio de todas las bebidas alcohólicas mediante impuestos. Para ello, recomiendan que se implante un mínimo para cada gramo de alcohol y, así, evitar "vender bebidas alcohólicas baratas en relación con su graduación alcohólica, que, por tanto, suelen ser usadas por personas jóvenes para emborracharse".
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