Donde nace el mejillón de Galicia: por la costa de Ares-Sada

Vista general de la localidad gallega de Pontedeume.
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En los años cincuenta del siglo XX se instalaron en Lorbé las primeras bateas, un sistema de producción que organiza la cría del bivalvo. Desde entonces, el Mexillón de Galicia de estas aguas, como los de todas las rías gallegas, son muy apreciados.

En la costa de Ares-Sada crecen estos sabrosos mejillones. Es la que podemos recorrer, saliendo de A Coruña para llegar a Ferrol, pasando por las localidades de Lorbé, Sada, Betanzos, Pontedeume y Ares.

Cruzando la ría de A Coruña por el puente de O Pasaxe se llega a la península de As Mariñas y sus dos grandes arenales: Santa Cristina y Bastiagueiro. En Santa Cruz, se puede visitar su castillo, en un islote. Al otro lado de la ría nos encontramos con Mera. Un desvío lleva hasta sus dos faros, desde donde se domina la punta de Seixo Blanco, reserva natural con vistas impresionantes.

Más adelante se alzan los islotes de A Marola y Marolete. En la cara oriental de la península de As Mariñas se encuentra Lorbé, patria chica del mejillón, mirando a la ría de Betanzos.

En el mar, metros y metros de bateas de mejillones, que irán siendo menos según avancemos hacia Sada. En esta localidad veremos un interesante edificio, notable ejemplo del modernismo, La Terraza. Una recomendación a partir de aquí es dirigirse al puerto de Fontán. Aquí se gestiona el mejillón, y puede verse cómo se desembarca y se traslada.

Las riberas de la ría parecen querer fundirse en una sola; es el final de la ría de Betanzos. Podemos no ir a Betanzos:  la altura de O Pedrido un puente salva la ría y así se accede a la ribera derecha.

La medieval Pontedeume

Por la costa se bordea el monte Breamo, en cuya cima se alza la magnífica iglesia de San Miguel. Después entramos ya en la villa medieval de Pontedeume. Su casco histórico, donde destaca el torreón de los Andrade, es uno de los mejor conservados de Galicia.

Cruzamos un largo puente, que contaba entre los arcos 20 y 21 con un hospital para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago, para llegar a la península de Bezoucos. A unos ocho kilómetros aparece Redes, un entrañable pueblo con las casas literalmente pegadas al Atlántico.

Por las playas de O Raso y de Seselle se llega a Ares, villa construida sobre la arena que albergó una de las primeras juderías de Galicia. Al frente se divisan las bateas de Lorbé, donde el mejillón gallego crece tranquilo al son de las mareas.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!