Las Palmas

Torres Baena, acusado del 'caso Kárate': "Nunca he abusado de nadie ni lo hubiera permitido"

Fernando Torres Baena, el principal imputado en el 'caso Kárate'.
EFE

El principal procesado del caso Kárate, Fernando Torres Baena, ha aprovechado este jueves el derecho a decir la última palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia para defender que él no ha hecho "nada malo": "Nunca he abusado de nadie, ni lo hubiera permitido", ha proclamado.

La Audiencia de Las Palmas ha concluido esta tarde, tras siete meses y medio de juicio y 33 sesiones, la vista oral del "caso Kárate", en el que se juzgan los abusos sexuales que medio centenar de testigos dicen haber sufrido siendo menores de edad en el gimnasio que regía Torres Baena, en unos hechos que se prolongaron durante 15 años.

Si al inicio del juicio solo Fernando Torres Baena, para quien el fiscal pide más de 300 años de cárcel, se prestó a declarar, aunque para responder exclusivamente a las preguntas de su abogado, este jueves los cuatro procesados han hecho uso del derecho a la última palabra para defender su inocencia. "Yo no he hecho nada malo", ha subrayado el principal procesado, al que el fiscal describe en su escrito de cargos como un "depredador sexual" que se valía de sus dotes de manipulación para organizar con sus alumnos "auténticas orgías sexuales" sin distinguir edad, sexo o número de participantes.

Torres Baena ha querido dejar claro su respeto a la libertad sexual de las personas y su rechazo a los abusos y ha manifestado que lo declarado por los testigos, que han estado una media de cinco o siete años en su gimnasio, solo puede responder a un sentimiento de "vergüenza" y a que les dijera que las relaciones sexuales con menores o mayores son moralmente malas "y condenables". Desde su punto de vista, solo así se entienden la cantidad de contradicciones en las que han incurrido.

También ha rechazado haber ideado un sistema afectivo sexual de educación en su gimnasio para adoctrinar sexualmente a los alumnos, como sostiene la acusación. El principal acusado ha manifestado que abrió su gimnasio como una estructura deportiva y "siempre ha sido así", y que tampoco hubiera permitido abusos de mayores ni de menores por parte de los monitores, frente a lo apuntado por las acusaciones, que entienden que organizó una "estructura sexual" de la que se valió para abusar de sus alumnos.

"La casa de los horrores"

Torres Baena ha señalado que lo que más le ha "dolido" es que se hayan visto involucrados sus hijos como presuntas víctimas de unos abusos que tanto ellos como su primera mujer han negado que se produjeran, a pesar de lo cual las acusaciones siguen manteniendo su existencia. También se ha preguntado el motivo por el que no se recogieron pruebas biológicas en su chalé de Vargas, donde se supone que se cometieron los abusos y que se ha descrito como la "casa de los horrores", y cómo es posible que tampoco haya ni correos electrónicos ni mensajes en los móviles ni imágenes en internet sobre lo que se dice que ocurría, cuando "se cuelga todo".

En cuanto a la personalidad narcisista y antisocial, de creerse más que nadie, que le atribuyen los peritos forenses, ha comentado que quizás su equivocación es haber dado más importancia a su vida profesional y conseguido 300 medallas y éxitos deportivos, que no le "han valido de nada", en lugar de haberse dedicado más a su familia.

En relación con la prepotencia que también le achacan los psiquiatras, y que él ha negado, la ha relacionado con la "enorme presión diaria" a la que estaba sometido en la cárcel cuando habló con estos especialistas. Así mismo, ha subrayado que su condición de karateca le salvó en la cárcel, porque hubiera sido "imposible" estar tres años en prisión con lo que se ha dicho de él.

Las procesada y mujer actual de Torres Baena, María José González, y la monitora Ivonne González, consideradas por el fiscal como sus "lugartenientes", han dicho que "jamás" han abusado de nadie, mientras que el cuarto acusado, el monitor Juan Luis Benítez, ha suscrito lo expuesto por su abogada para reclamar su absolución. La Fiscalía de Canarias solicita para Fernando Torres Baena una pena de 303 años de prisión por 36 delitos de abuso sexual, 13 de corrupción de menores y uno de tenencia ilícita de armas.

Para María José González Peña, esposa de Torres Baena, el Ministerio Fiscal demanda 154 años de cárcel por 20 delitos de abusos sexuales y cuatro de corrupción de menores. Ivonne González Herrera se enfrenta a 146 años de prisión por 19 delitos de abusos sexuales y cuatro de corrupción de menores, mientras que Juan Luis Benítez se expone 18 años de prisión por tres delitos de abusos sexuales.

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