Playas de Asturias, un paraíso natural al borde de la montaña

  • Son más 200 playas repartidas por los 345 kilómetros de litoral.
  • En la Costa Verde encontramos playas monumentales, acantilados casi inaccesibles, paisajes montañosos y pueblos marineros.
  • Castropol, Luarca y Cudillero destacan en la costa occidental, y Villaviciosa, Ribadesella y Llanes, en la oriental.
Playa de Asturias
Playa de Asturias
Playa de Asturias

Los 345 kilómetros de litoral asturiano, conocido como Costa Verde, son un verdadero paraíso natural, un lugar ideal para las vacaciones de una familia, de un grupo, de una pareja y de viajero solitario. Del mar a la montaña, Asturias parece tenerlo todo.

Nos asomamos a sus playas, más de 200 desde la occidental Castropol, lindando con Galicia, a la oriental Ribadedeva, a un paso de Cantabria. Playas con un clima oceánico de temperaturas suaves durante todo el año, que acumulan 19 banderas azules.

Playas de verde y exuberante vegetación, dunas fósiles de gran importancia botánica y geológica, y bufones, agujeros en los acantilados que reciben el agua del mar por grutas submarinas y la lanzan al aire con una fuerza descomunal, son otros de sus muchos atractivos. Y al acabar, una espléndida red de alojamientos y hoteles ofrece alojamientos que van desde apartamentos y casas rurales ubicados en plena montaña, hasta casonas (de indiano) del siglo XIX y antiguos casinos.

En la costa de Asturias, como detalla DTlux.com,  pueden encontrarse playas monumentales de naturaleza virgen y calas de fina arena, y acantilados casi inaccesibles; paisajes montañosos con valles que llegan a rozar el mar en la desembocadura de sus ríos, pueblos marineros con atardeceres de postal, y puertos pesqueros y deportivos donde la aventura empieza ya antes de salir el sol.

De Castropol a Cudillero

La costa más occidental del Principado, desde Castropol, casi en la frontera con Galicia, hasta Cudillero, pasa por los concejos de Tapia, El Franco, Navia o Valdés. El visitante podrá descubrir playas de agua cristalina y fina arena, mezcladas con abruptos acantilados, y numerosos pueblos pesqueros llenos de encanto y belleza. El más claro ejemplo es Cudillero, un pueblo que, como un anfiteatro, se asoma al mar.

Especial mención merece la zona de la desembocadura del Río Eo, Reserva Natural Protegida, un verdadero tesoro ornitológico, refugio para miles de aves acuáticas, y la cuenca del Esva, con numerosas gargantas de cuarcita de más de cuatrocientos metros de altura sobre el río, hogar de numerosas familias de nutrias.

De Villaviciosa hasta Llanes

El recorrido por la costa oriental comienza en el Concejo de Villaviciosa, lindando con Gijón, y se extiende a los concejos de Caravia, Ribadesella y Llanes, cerrándose en Ribadedeva, a los pies de la Sierra del Cuera, un mirador que se levanta entre los Picos de Europa y el mar Cántabrico.

Esta zona es de gran riqueza arquitectónica por las pinturas prehistóricas de sus cuevas más conocidas, como la Cueva de Tito Bustillo en Ribadesella, El Pindal en Ribadedeva y el Ídolo de Peña Tú, monolito con grabado antropomorfo encontrado en Llanes; también son importantes sus casonas solariegas de piedra labrada y las conocidas como casas de los Indianos, reconocidas por sus plantaciones caribeñas, muchas de ellas convertidas hoy en lujosos establecimientos hoteleros que permiten al viajero disfrutar de todos los encantos del ayer, con las mejores comodidades.

La zona centro del litoral asturiano, desde Muros de Nalón hasta Gijón, tiene paradas obligadas en los concejos de Soto del Barco, Avilés, Gozón y Carreño.

Buena gente y buen comer

Son mil y una las actividades de las que podemos disfrutar en Asturias. Desde tratamientos de salud y belleza en spas acristalados con vistas al mar y a la montaña, hasta rutas y degustaciones gastronómicas en fogones que embriagan a sus comensales con olor a mar, por sus frescos mariscos y pescados, contrastando con el olor a tierra mojada de los pastos que alimentan al ganado que dan fama a sus carnes y quesos; pasando por todo tipo de deportes al aire libre y náuticos, entre los que hay que destacar el conocido descenso del Sella, el mayor río de la comarca, en piragua o canoa, o la práctica de surf en las bravas olas del Cantábrico.

Asturias es además una tierra de buena gente y buen comer. La suya es una rica y variada gastronomía que no deja indiferente a nadie, en la que la sidra, un tesoro con burbujas y Denominación de Origen, alegra las múltiples romerías y espichas del calendario asturiano, fiestas en las que se abre un barril de sidra y se acompaña con chorizo, bacalao rebozado, empanada y quesos de la zona.

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