Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

¿Estás pensando algo diferente a lo que estás haciendo?

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Mujer pensativa
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Mujer pensativa

Imagina que a lo largo del día recibes varias veces este mensaje en tu móvil invitándote a reflexionar si, en ese instante, tu mente está en el presente o se ha desconectado, es decir, si lo que sea que estés haciendo lo realizas con el piloto automático o no. Esta es la pregunta que recibieron dos mil personas durante un experimento llevado a cabo en la Universidad de Harvard, cuyo resultado se publicó en Science bajo el título Una mente divagante es una mente infeliz. La investigación aclaró que un 47 % del tiempo realizamos las tareas con la mente en otro lugar. El fin de semana el hábito se dispara al 75%. Entonces, ¿dónde estamos cuando no ponemos los cinco sentidos en algo? Divagando.

Hagamos lo que hagamos, nos parezca rutinario o novedoso, aburrido o excitante, la mente trata de llevarnos de forma involuntaria a otro sitio y si bien los sabios ya advertían que esta clase de despistes no son nada buenos. Séneca decía "Pobre de aquel que está en todas partes porque, en realidad, no está en ninguna", esta investigación demuestra por primera vez que la divagación mental nos causa infelicidad porque al darnos cuenta de que nuestra mente no está focalizada en lo que tenemos que hacer, sentimos que no somos productivos y el tiempo se nos escapa de las manos. Por cierto, divagamos más cuando no nos marcan las tareas a realizar y somos nuestros jefes (mal asunto para los autónomos)

Resulta difícil recordar lo que pensamos durante nuestra divagación ya que los recuerdos y pensamientos de ese ajetreo mental son fugaces; en realidad no nos situamos en el inconsciente, pero tampoco somos muy conscientes de lo que estamos viviendo, instalados en una especie de sueño diurno que nos deja la sensación de no haber hecho nada. Ese lugar incierto, desestructurado y caótico, se denomina red neuronal por defecto, la descubrió el neurólogo Marcus Raichle, y tiene un peso enorme en nuestra ingeniería cerebral de cara a entendernos mejor

¿Por qué te hablo de ella? Porque un número creciente de estudios alerta de que si nuestra red neuronal por defecto es muy activa necesitará una mayor energía basal, es decir, consumirá muchos recursos neuronales, y, luego nos costará mucho más llevar a nuestro cerebro a trabajar en aquello que deseamos. No solo eso, ya conocemos la correlación entre la red neuronal por defecto y algunas enfermedades neurodegenerativas, como la de Alzheimer: antes incluso de que aparezcan síntomas, tengamos la edad que tengamos, los depósitos de proteína 'beta amiloide' forman placas tóxicas entre las neuronas responsables del deterioro cognitivo. Ahora bien, si divagar es connatural al ser humano y no podemos evitarlo al cien por cien, pero si es recomendable aprender a controlarlo, ¿cuánto tiempo deberíamos permanecer en ese espacio de pensamientos confusos e incontrolables? Un 30 % de nuestro tiempo consciente. ¿Y cómo lo logramos? Sigue leyendo.

Todo aquello que estimule la curiosidad frena la tendencia a divagar.

Imagina que estás realizando una tarea que te resulta tediosa, lo natural es que cada dos minutos aproximadamente tu mente entre en la red neuronal por defecto… pero si logras que dicha tarea te atrape, si es capaz de despertar la curiosidad y captar tu atención, a tu cerebro le costará irse, de forma que todo aquello que estimule la curiosidad frena la tendencia a divagar.

¿Verdad que te gustaría tener la certeza de que la persona con la que estás conversando te escucha con toda su atención en lugar de tener la mente en otro sitio? ¿Cómo saberlo? Observa si parpadea mucho o poco. Si no te está prestando atención y su mente se sitúa en la red neuronal por defecto, entonces parpadea, incluso más de lo normal. Si su atención está en aquello que dices, parpadeará muy poco.

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Teresa Viejo
Periodista y escritora

Mi nombre es Teresa Viejo y soy una contadora de historias, que estudia los efectos de la curiosidad en el comportamiento humano. Gracias al periodismo he observado la vida desde ángulos muy variados, pero tras muchos años entre focos sé que la mejor luz la emitimos las personas, por eso te descubriré a mujeres inspiradoras a quienes les ha “salvado” su curiosidad. ¿Cómo? Ya lo verás. También dirijo programas y escribo libros, la mayoría novelas de misterio, menos el último que se lo he dedicado a nuestra principal competencia –“La niña que todo lo quería saber. La curiosidad: claves para una vida más inteligente y feliz”-. También conduzco “La Observadora” en RNE y practico la Comunicación No Violenta y la Indagación Apreciativa. ¡Ah! Ser Embajadora de UNICEF me llena de orgullo. Como vivo en modo aprendizaje, casi nunca miro hacia atrás. Bueno, un día sí… un día me puse a contar las entrevistas que había realizado y al llegar a las diez mil, paré abrumada. Preguntar es más revolucionario que afirmar y ahora enseño a las personas a hacerlo. Y a liderar activando su curiosidad. Tú también puedes, créeme. ¿Te he contado que mi bebida favorita es el té?

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