Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

Las joyas de pasar y (perdonen la frivolidad) la reunión de la perla

La reina Letizia llevando uno de los diseños de Ana Locking a una cena de gala.
La reina Letizia llevando los famosos chatones.
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La reina Letizia llevando uno de los diseños de Ana Locking a una cena de gala.

Tengo un precioso solitario, que guardo con mucho mimo y me pongo menos de lo que debería, que me regaló mi madrina cuando cumplí 40 años. Está hecho con un diamante que formaba parte de unos antiguos pendientes de mi abuela. Le tengo muchísimo cariño y es un hilo conductor de la historia de mi familia. Algo así, pero con mucho más valor económico e histórico (pero dudo que sentimental) son las famosas ‘joyas de pasar’ de la Casa Real de España de las que tanto se ha hablado estos días.

Este impresionante lote lo configuró la Reina Victoria Eugenia al fallecer, ya que en sus últimas voluntades pedía que, en la medida de lo posible, estas preciosidades fueran conservadas (y lucidas) por la cabeza de la Casa de Borbón en España. Es decir, que se las dejó a su hijo don Juan con la condición de que este se las legara a Juan Carlos y así sucesivamente. No son todas las joyas que tenía Victoria Eugenia pero sí las que venían de la Infanta Isabel y las que le fueron regaladas por Alfonso XIII. Ojo, que todas estas joyas pertenecen a los Borbones y no al Estado. Que a veces esto se confunde.

Ojo, que todas estas joyas pertenecen a los Borbones y no al Estado. Que a veces esto se confunde

El tesoro incluye varias tiaras, collares de perlas y diamantes (los famosos chatones), pendientes y broches. Precisamente un broche ha sido el que ha utilizado estos días Doña Letizia y ha vuelto a poner en boca de todos las ‘joyas de pasar’. Lo hizo a su llegada a Londres para la celebración de las exequias de Isabel II. Es redondo, de perlas y diamantes y de él cuelga una perla gris en forma de pera. No se trata de la ‘perla Peregrina’ como a veces se dice. La Peregrina es una espectacular pieza de origen panameño que regalaron a Felipe II en el siglo XVI. Esta perla, robada por José Bonaparte, ha salido varias veces a subasta. En una de estas ocasiones fue comprada por Richard Burton para Elisabeth Taylor. Tras la muerte de la actriz volvió a venderse, en esta ocasión por más de 10 millones de euros, y se desconoce su ubicación actual.

Sin ser la codiciada perla, en cualquier caso, que la Reina eligiese una de las famosas joyas de la reina escocesa, Victoria Eugenia (que nació en Balmoral, donde murió Isabel II), fue todo un guiño a la historia que une a las dos casas reales. Probablemente eligió este alfiler, que no es la primera vez que luce (imagen de abajo), ya que el resto hubiesen resultado excesivas para una ocasión de luto. Me explico.

Letizia con el broche de la Reina VIctoria Eugenia en 2017, durante la celebración del Día de la Hispanidad.
Letizia con el broche de la Reina Victoria Eugenia en 2017, durante la celebración del Día de la Hispanidad.
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Probablemente todos os habéis fijado en la profusión de perlas que lucían estos días todas las asistentes al funeral más mediático de la historia. Esto es porque las perlas son las joyas perfectas para estas ocasiones. ¿El motivo? Que son elegantes, sobrias y no brillan en exceso. Debemos recordar que al compartir un momento de pena con los familiares del fallecido lo que intentamos es no llamar la atención y cumplir con las sugerencias de etiqueta, si es que nos hacen alguna. Por eso están fuera de lugar las piedras de colores o los diamantes excesivos. Vamos, que si en verano hablábamos de la “cumbre de la alpargata” para referirnos a la reunión de consortes en Madrid con ocasión de la Cumbre de la OTAN, en esta ocasión al funeral lo podemos rebautizar como “La reunión de la perla”. Perdonadme la frivolidad.

Otra de las cosas que más ha llamado la atención esta semana es que muchas de las mujeres que asistieron llevaran tocados con velo o redecilla. Entre ellas, también Doña Letizia, que lucía uno precioso de Cherubina con un tul que cubría toda su cara, aunque se transparentara completamente. 

Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, abandonan la Abadía de Westminster tras finalizar el funeral de Isabel II.
Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, abandonan la Abadía de Westminster tras finalizar el funeral de Isabel II.
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La nueva Princesa de Gales o la Reina Consorte optaron por la redecilla a media cara. Todas ellas trasladaban al siglo XXI una de las costumbres más habituales del luto real: el velo. Tradicionalmente esta prenda, más negra y más tupida, se utilizaba para cubrir, y de esta manera disimular, los sentimientos de aquellos que por su condición no debían verter lágrimas en público. 

Camila, la reina consorte de Inglaterra, lució un llamativo broche con mucho significado, en el funeral de Isabel II. Se trata de una joya de brillantes y zafiros del Jubileo de Diamantes de Hesse y fue un regalo a la reina Victoria por parte de sus nietos.
Camila, la reina consorte de Inglaterra, lució un llamativo broche con mucho significado, en el funeral de Isabel II. Se trata de una joya de brillantes y zafiros del Jubileo de Diamantes de Hesse y fue un regalo a la reina Victoria por parte de sus nietos.
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Esto del velo es muy inglés, además. La Reina Victoria, que se quedó viuda con poco más de 40 años, llevó durante el resto de su vida un estricto vestuario negro con velo incluido y decretó que las mujeres de bien debían vestir completamente de este color un año y un día tras el fallecimiento de un familiar. Por cierto, que esto incluye también las medias. Por este motivo hemos visto a todas las mujeres cubrirse las piernas, incluso a nuestra Reina, que sabemos que no es precisamente fan de esta prenda. Lo hizo por respeto, que es el principal motivo por el que se deben cumplir las normas de etiqueta que marque un anfitrión, nos guste o no. 

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